Escobar, no obstante, subraya que “también tiene sus riesgos si IU en Extremadura sostiene un Gobierno del PP”. Parece, pues, que Escobar se ha instalado en la duda y no sabe aún qué hacer. Por un lado tiende a seguir el sendero trazado por Julio Anguita, que impuso la pinza con José María Aznar, a instancias del gurú de la derecha, Pedro J. Ramírez.

Pan para hoy y hambre para mañana
La pinza –debería saber el coordinador Escobar- fue para IU “pan para hoy y hambre para mañana”. Cuando el año 1995 la teoría de la pinza significó que en Asturias IU facilitaba el Gobierno del PP y vetaba el del PSOE y en el Ayuntamiento de Málaga, lo mismo, empezó la caída paulatina de Izquierda Unida. En estas elecciones, las del pasado domingo, IU ha subido en las urnas, pero con discreción. No ha de olvidarse al respecto que la única capital de provincia en manos primero del PCE y después de IU, Córdoba, se la ha quedado también el PP.

Apogeo derechista
El vendaval conservador del 22-M ha fulminado al PSOE, pero también ha dañado a IU. Ese vendaval no es sólo consecuencia de los errores socialistas. El apogeo derechista se extiende por toda Europa. España, en este sentido, no ha sido diferente. Desde la óptica de la derecha extrema que es el PP –como se supone que Escobar no ignora- el objetivo es comerse a la izquierda en general, socialistas y militantes de IU, incluidos, naturalmente.

No deja de ser, por otra parte, preocupante que el líder de IU en Extremadura no haya hecho caso a la doctrina de Cayo Lara. Como lo es que siga diciendo que no “descarta ninguna posibilidad”. ¿A qué espera Escobar para enterarse?