Las derechas, al igual que el propio Gobierno, son perfectamente conscientes de que los indultos que fragua Pedro Sánchez para los presos del procés tendrán un elevado coste político. En consecuencia, mientras el presidente adopta una postura pedagógica y argumenta que son un gesto de concordia que busca el beneficio común; Partido Popular, Ciudadanos y Vox exprimen la oportunidad.

Así las cosas, los tres partidos preguntarán este miércoles al Gobierno durante la sesión de control en el Congreso sobre la eventual concesión de la medida de gracia. Pablo Casado, Inés Arrimadas y Santiago Abascal harán de la crítica un arma feroz y descarnada que culminará con la manifestación convocada por la plataforma Unión 78, impulsada por Rosa Díez, en Colón el próximo domingo 13 de junio.

Además de las pertinentes preguntas parlamentarias, los populares dirigirán una interpelación al Gobierno para que concrete si va a conceder los indultos y aclarar si es favorable a una reforma del Código Penal para los delitos de sedición "como pago político a sus secesionistas”.

El rechazo de Casado se sustentará, también, en la presentación de una proposición no ley para instar al Ejecutivo a denegar el indulto a los condenados por sedición. La iniciativa fue registrada por el PP la pasada semana, pero aún no tiene fecha agendada para debatirse.

La carta de Junqueras

La ofensiva de las derechas estará influida por la carta publicada recientemente por el líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras, en la que no solo aceptaba el indulto, sino que renunciaba a la vía unilateral -no así a sus aspiraciones y designios independentistas-.

El diputado y portavoz de Esquerra en el Congreso, Gabriel Rufián, ha justificado su cambio de parecer con respecto a los indultos alegando que “todo el mundo debe entender lo que supone pasar todo el día en una celda” y pasar por “estados de ánimo diferentes”.

Junqueras, en 2019, aseveró que “los indultos se los pueden meter por donde les quepan”. Sin embargo, este lunes publicó una carta en la que no solo lo aceptaba, sino que renunciaba a la vía unilateral -no así a sus aspiraciones y designios independentistas-.

Sánchez se libra

El presidente del Gobierno no estará presente este miércoles en la sesión de control con motivo de un viaje oficial en Argentina y Costa Rica. Será el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, quien responda a las afiladas preguntas sobre la medida de gracia.

Por su parte, la vicepresidenta, Carmen Calvo, será la responsable de las cuestiones relativas a la mesa de diálogo con Cataluña.

"¿Considera el Gobierno que la sociedad española merece la humillación de ver indultados a los condenados por el golpe de Estado que ya han reiterado que los volverán a hacer", reza la pregunta que la líder de Ciudadanos había registrado inicialmente para Calvo, pero que el Gobierno, sin embargo, ha reservado para Campo.

Iván Espinosa de Monteros, portavoz parlamentario de Vox, a buen seguro mentará el asunto de los indultos en el debate mantendrá con la número dos del Gobierno, a la que pedirá explicaciones por la negativa del Gobierno a "defender el interés general de los españoles".

De su lado, la portavoz parlamentaria del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, preguntará a Calvo si va a aceptar el Ejecutivo "como interlocutor oficial a un condenado por sedición".