El 20 de enero del año 2017 el personaje más polémico y controvertido de los últimos años ocupará de forma oficial el Despacho Oval. Donald Trump aterrizará en la Casa Blanca, contra todo pronóstico, y aún a día de hoy, tres meses después de los comicios presidenciales en Estados Unidos, muchos analistas se preguntan cómo un tipo como el magnate, deslenguado por naturaleza, ha llegado a presidente del país hegemónico por antonomasia -con permiso de John A. Agnew-.

Las encuestas que vaticinaban la victoria de Trump frente a Hillary Clinton se contaban con los dedos de una mano. Era difícil encontrar seguidores acérrimos, más aún al otro lado del Atlántico, en Europa. En el caso de España, una encuesta publicada por La Sexta evidenció que tan solo el 3,1% de los españoles apoya al magnate. Una escueta cifra. De hecho, era mayor el número de españoles para los que el resultado electoral les era indiferente (17,5%). ¿Quiénes fueron los valientes que secundaron a Trump y dónde encontrarlos?

Una aguja en un pajar

En una de las películas de Marvel, Iron Man da con la clave de cómo encontrar una aguja en un pajar: “Con un imán”. Tan solo hay que saber dónde buscar. La calamita era el propio Trump, y el lugar donde buscar era la bolsa de ultras española. Un artículo publicado en el ABC fue el primero en apoyar públicamente al magnate cuando nadie se atrevía a hacerlo. ¿Su autor? Juan Manuel de Prada. A este, se le unió Sánchez Dragó, quien aseguró que para evitar la Tercera Guerra Mundial había que impedir que “la bruja” Hillary aterrizase en la Casa Blanca. Y como no podía ser de otra forma, Salvador Sostres y Herman Tertsch se apuntaron a la fiesta ultra. El primero de ellos, justificando la actitud de Trump para con las mujeres, y el segundo, señalando que su victoria no sería el fin del mundo.

¿Por qué Trump no ha triunfado en España?

Mientras en países como Francia, Alemania o Austria crecen los partidos de ultraderecha, en España se da la espalda a candidatos como Trump. La respuesta a la pregunta de por qué no han triunfado es sencilla: el PP en España abarca desde la derecha moderada hasta buena parte de la derecha más ultra. Además, estos partidos han crecido criticando políticas que consideraban poco conservadoras, y en España, la legislatura del PP se ha caracterizado por medidas reaccionarias, conservadoras, marcadas por la austeridad y el cerco a las fronteras -recordemos que el PP ha luchado hasta el final por no liquidar las devoluciones en caliente en las vallas de Ceuta y Melilla-.

Eso sí, hay que andarse con cuidado porque partidos como Vox, que comparten eslogan con Trump (Hacer España grande otra vez) podrían ser cuarta fuerza política, según una encuesta de Forocoches. Un asunto de lo más serio -nótese la ironía-.

¿Cómo combatirlo?

Una vez el daño está hecho -Trump ha ganado y los partidos de extrema derecha crecen-, la pregunta es cómo combatirlos. En este sentido, la filósofa y politóloga belga Chantal Mouffe señala en el libo El populismo como espejo de la democracia que para hacer frente a esta amenaza hay que transgredir el debate de la moralidad.

Muchas formaciones pretenden desmontar el discurso racista, xenófobo y machista de la ultra derecha tachándoles de amorales, y flaco favor hacen. Cuando se señala que el discurso de partidos como el Frente Nacional de Marine Le Pen o el del propio Donald Trump están fuera de la esfera de lo moral, lo que se está haciendo es reforzar su discurso anti-establishment, y esto les beneficia puesto que suelen presentarse como outsiders.

Por ello, Chantal Mouffe señala que hay que ponerles frente al espejo, no de la moralidad, sino de las medidas: llevarles al fango a debatir de políticas concretas y no de eslóganes electorales o moralidad.