Están en el punto de mira de todos los españoles, y de gran parte de Europa. Ciudadanos se encuentra desde el 26 de mayo en la gran encrucijada de su corta vida política. Pactar con la extrema derecha o hacerlo con la izquierda. Una decisión que deben tomar antes del sábado 15 de junio (día de la toma de poderes) y que a falta de menos de una semana, no tienen nada claro. 

Un dictamen que adquiere especial interés en la capital y en la Comunidad de Madrid, donde la formación naranja tendrá la última palabra. Tras los resultados del 26-M, tanto Partido Popular como Vox celebraban sin pudor que habían conseguido retener el poder en la Comunidad, y echar a Manuela Carmena de la alcaldía de Madrid. Una doble victoria que daba vida a Pablo Casado después de la debacle de las generales, y servía para que la extrema derecha tocara el poder en el corazón de España.

Para que se dieran ambos casos, era necesario el voto a favor de Ciudadanos, aunque PP y Vox lo daban por descontado. Sin embargo, la formación que lidera Albert Rivera ha sorprendido a propios y extraños hasta tal punto que a día de hoy nadie, ni dentro ni fuera del partido, sabe qué postura tomará finalmente. Hay un sector que apuesta fuertemente por tocar el poder, cueste lo que cueste y aunque ello conlleve pactar con la extrema derecha (pese a que siguen sosteniendo que son de centro), y hay otro sector que aboga por hacer un cordón sanitario a Vox, pese a que ello implique no gobernar. 

Tres pasos para salir vivos de la encrucijada

A estos dos grupos, en los últimos días se le ha añadido uno tercero, a caballo entre ambos y que cada vez tiene más adeptos. Esta fracción quiere aprovechar el total rechazo hacia Vox de todos los partidos importantes (a excepción del PP) para idear un plan en tres en la capital que no deje insatisfecho a nadie.

En primer lugar apuestan por otorgarle el Gobierno de la Comunidad de Madrid en solitario a Isabel Díaz Ayuso. Una decisión sorprendente pero que justifican afirmando que se tratará de un mandato muy convulso y con una presidenta extremadamente débil, por ello es mejor mantenerse fuera del poder. Asimismo, manifiestan que el PSOE se podría abstener, si ello implica que Vox se quede fuera de la ecuación. 

En segundo lugar, la Alcaldía de Madrid sería para Begoña Villacís. De esta manera, se cobrarían el favor del PP, y nuevamente contarían con el visto bueno de los socialistas, que ven en la candidata naranja un mal mucho menor al de José Luis Martínez-Almeida. Incluso, podrían conseguir la aprobación de Más Madrid, al dejar otra vez a Vox fuera. 

Y en tercer y último lugar, las concesiones del PSOE tanto en la Comunidad como en la capital servirían para que socialistas y naranjas llegaran a un acuerdo en más de 20 municipios madrileños donde la suma entre ambos bastaría para gobernar, sin depender de los votos de PP, Vox o partidos de izquierdas. 

De esta manera, Ciudadanos conseguiría salir del laberinto no solo vivo, sino con una doble victoria (llegar al poder y mantener a Vox fuera de él) que hasta hace unos días parecía poco menos que una quimera.