El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asegura en su libro "Manual de resistencia", que ha establecido una "relación de complicidad" con el Rey Felipe VI y que ésta comenzó a raíz de la decisión de Mariano Rajoy de no aceptar la propuesta del Monarca de presentarse a la investidura tras las elecciones de diciembre de 2015.

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"Conectamos de forma especial, confiamos el uno en el otro y se estableció una relación muy franca", afirma y añade que "una corriente de confianza mutua" se estableció entre ellos.

Según expone en su libro, cuando Rajoy "anunció su espantada" al decir al Rey que "no" se presentaría a la investidura él se pasó el fin de semana "digiriendo" lo que le venía encima y pensando cómo iba a "sembrar de nuevo la tierra" en la que otros habían "pisoteado la hierba".

Asegura que le pareció un intento más de acabar con el PSOE, que les colocaron en una situación imposible, como si buscaran que el partido "se partiera por dentro" y no se pudiera hacer cargo de la situación. Pero, por otro lado, añade, "no podía hacer otra cosa que intentar la investidura".

"Me creco en las situaciones difíciles"

Así, se arroga haber convertido "aquel lodazal en una enorme oportunidad". "Puede sonar presuntuoso, pero me doy cuenta de que me crezco en las situaciones difíciles", exclama.

Expone que esos días se vio con el Rey y mantuvieron una conversación "absolutamente franca". "En ella me explicó su decisión de hacer una nueva ronda de consultas, al final de la cual me encomendaría la tarea de intentar formar Gobierno", recuerda.

Según Sánchez, en aquellas semanas de "infarto" se fraguó entre Felipe VI y él una "relación de complicidad que superó, y sigue superando a día de hoy, lo institucional". En este sentido, el presidente afirma que el Rey estaba preocupado por la situación, le llamaba con frecuencia y él le iba contando los avances que tenían lugar en las negociaciones.

"Hablábamos con toda sinceridad, él en su papel y yo en el mío, que en aquel momento era resolver la crisis institucional", apunta y acto seguido recuerda que ambos se habían conocido ya cuando él fue elegido secretario general e incluso, expone que cuando se reunió con el aún Príncipe, la reina Letizia se acercó a saludarle porque ella también había estudiado en el Instituto Ramiro de Maeztu.

Pedro Sánchez explica que hasta entonces la relación se había producido dentro de los cauces institucionales y protocolarios, pero que en los días "intensos" en que se estaba negociando la investidura, la relación se intensificó.

"Don Felipe y yo tuvimos la oportunidad de conocernos de verdad, en lo más personal, en una situación que ninguno de los dos buscábamos ni esperábamos, y en la que nos colocó la irresponsabilidad de otros", afirma.

Y añade: "Enseguida nos reconocimos mutuamente como las personas que íbamos a sacar al país del riesgo del bloqueo. Conectamos de forma especial, confiamos el uno en el otro y se estableció una relación muy franca. Hablábamos por teléfono de manera regular. Una corriente de confianza mutua se estableció entre nosotros".

Según el ahora presidente del Gobierno, la prueba de esa relación estrecha que establecieron se produjo unos meses después, cuando dimitió como secretario general del PSOE. Le llamó para darle ánimos y según Sánchez, "es un gesto que lo humaniza como persona y que revela esa complicidad especial" que tejieron aquellos días de enero y febrero de 2016.

En su opinión, el hecho de pertenecer a la misma generación también les acerca y ahora, desvela, suelen hablar de manera regular. "Su preocupación por la situación de Cataluña es enorme, pero a él le apasiona la política internacional y especialmente la latinoamericana", apunta y añade que siempre que se ven conversan sobre la situación del mundo.