Se veía venir. Desde que el presidente y el secretario general del PP, Pablo Casado y Teodoro García Egea, respectivamente, asumieran parte del discurso sobre “violencia doméstica” de la formación de extrema derecha Vox, cierto sector del PP se ha visto “liberado” de las “ataduras feministas” y “sin complejos” muestran abiertamente su rechazo a la Ley contra la violencia de género.

Así ha pasado este miércoles en el pleno municipal celebrado en la localidad ciudadrealeña de Alcázar de San Juan (33.000 habitantes), donde en el momento de votar una declaración de apoyo al Pacto de Estado contra la violencia de género, dos concejales populares abandonaron el pleno justo en el momento en el que resto de los ediles, incluidos cinco de sus compañeros, suscribían por unanimidad esta necesaria iniciativa.

La alcaldesa socialista, Rosa Melchor, criticaba esta triste actitud y recordaba a los concejales que “no se trabaja en pos de la lucha contra la violencia de género compartiendo un minuto de silencio con el resto de los miembros de la Corporación y cuando llega el momento de poner soluciones sobre la mesa se huye del salón de plenos para evitar votar esas medidas que pueden hacer que intentemos entre todos que haya cada vez menos víctimas de violencia de género”, a la vez que recordaba que “en sólo 29 días han asesinado a siete mujeres y en ese momento no se debe hacer política con lo que es sagrado”.

Los “DOX” concejales del PP, nombrados así por el PSOE en clara alusión a Vox, Víctor Flores y María Jesús Pelayo, ofrecieron distintas versiones a la hora de intentar justificar lo injustificable, asegurando él que “había sido una coincidencia” su salida del pleno, mientras que la explicación de María Jesús, además mujer, fue más peregrina y culpó a un concejal socialista de su huida, puesto que se sintió “ofendida” por las palabras de su compañero de corporación Mariano Cuartero, como si eso fuera motivo de abandono del pleno sin expresar antes sus quejas a la presidenta de la sesión plenaria.

Indignación socialista

Este abandono, recogido por un video, llenaba las principales redes sociales de indignación y reproches. 

Así, el diputado regional socialista, José Luis Escudero, instaba a Pablo Casado, que ayer visitaba Guadalajara, a tomar medidas contra los dos concejales populares que se negaron a apoyar la lucha contra la violencia de género. Para el parlamentario socialista, “no valen declaraciones tibias y lanzar balones fuera” lo que deben hacer Casado y Paco Núñez (este último presidente del PP castellano-manchego) “es aclarar de una vez por todas si van a pedir responsabilidades a estos dos ediles y van a apoyar a las mujeres y a sus hijos víctimas de la violencia de género, o si van a seguir coqueteando con la extrema derecha”.

Lo que está claro es que el PP no cuenta con la sensibilidad esperada en la defensa de los derechos de la mujer y mucho menos con la Ley contra la violencia de género, porque no es la primera vez que un destacado líder de esta formación en Castilla-La Mancha arremete contra una política del PSOE llamándole de todo menos bonita y el partido no toma cartas en el asunto, ni siquiera le llama al orden.

Esto es lo que ocurrió hace casi cuatro años cuando el alcalde del PP de la localidad conquense de Villares del Saz, José Luis Valladolid, publicaba a través de su cuenta personal en la red social Facebook un comentario a una noticia de un medio de comunicación de carácter regional en el que llamaba “puta barata podemita” a la portavoz del PSOE en Castilla-La Mancha, Cristina Maestre, y ya de paso ponía a caldo al resto de los militantes socialistas, a los que recordó que: “llevabais cuatro años sin robar y sin colocar a dedo a todos los lamepollas del PSOE”. ¿Qué le ocurrió al alcalde? Nada. Sigue con su bastón de mando, militando en el PP y todo parece indicar que repetirá con las mismas siglas en las elecciones municipales del próximo 26 de mayo.

Un caso que dio la vuelta a España y que en su momento causó el estupor de la hoy exsecretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que anunció medidas contra este individuo que quedaron finalmente en agua de borrajas. Un caso, por cierto, que debería sonrojan al Poder Judicial ya que la denuncia presentada por la portavoz socialista se admitió a trámite hace cuatro años, se instruyó, pero el juicio se ha demorado hasta en cinco ocasiones, la mayoría de las veces por distintas razones aducidas por el querellado a su defensa.