El presidente del Gobierno de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, ha aprovechado la lucha interna y externa que mantienen Íñigo Errejón y Pablo Iglesias para sacar adelante sus presupuestos y de paso demostrar a los suyos que si “se quiere se puede”, dicen fuentes socialistas consultadas por ELPLURAL.COM, en referencia al difícil (y en ocasiones imposible) entendimiento entre podemitas y socialistas en la mayoría de los territorios autonómicos donde la izquierda gobierna, como es el caso de Andalucía, Asturias, Extremadura o Aragón.

Sobre todo en tierras aragonesas, con Javier Lambán (PSOE) y Pablo Echenique (Podemos) como irreconciliables contrincantes, mientras que el asturiano Javier Fernández ha refrendado sus habilidades para pactar las cuentas a dos bandas con el PP y Ciudadanos, viniendo como venían de una prórroga, algo que García-Page parece haber conseguido evitar, argumentan nuestros interlocutores.

El chantaje que no funcionó

El acuerdo para sacar adelante el proyecto de presupuestos en Castilla-La Mancha tiene un doble mérito, y un tanto más a favor de García-Page, ya que Pablo Iglesias utilizó esta comunidad y la significación de su presidente para visibilizar su rabieta por el acoso y derribo llevado a cabo por los barones socialistas contra Pedro Sánchez, entre los que se encontraba el castellano-manchego, cuando todo parecía que Podemos, PSOE y nacionalistas habían alcanzado un principio de acuerdo para apear a Mariano Rajoy de La Moncloa.

Huelga mencionar el resultado. El caso es que Podemos anunciaba a finales de septiembre del pasado año la ruptura de su pacto de investidura con Page porque “había muerto de desaliento y de vergüenza”, dijo el coordinador de Podemos en esta región, José García Molina, cuando en ese momento de las 72 medidas acordadas entre PSOE y Podemos, 41 estaban cumplidas y 19 en proceso, lo que suponía un cumplimiento del 57 por ciento en apenas un año. ¿Desaliento, vergüenza?

¿Dónde estaba el “pablista” Molina?

El disgusto; las críticas entre los círculos de Podemos no se hicieron esperar y tuvo que ser el propio Pablo Iglesias el encargado de salir a la palestra para negar la mayor y asegurar que se trataba de “un asunto interno de Castilla-La Mancha” y que no tenía “interpretaciones en clave electoral, ya que los pactos autonómicos los deciden los militantes y las direcciones autonómicas”.

A las pocas semanas, nacía una plataforma dentro de las filas podemitas para reclamar nuevas formas de hacer política y exigir la renovación de la dirección regional de Podemos, señalando directamente a José García Molina como el responsable del mal ambiente reinante en las filas del partido morado. Descontento encabezado por el único compañero de García Molina en las Cortes castellano-manchegas y portavoz de Podemos, David Llorente, presente este lunes también en la rueda de prensa ofrecida conjuntamente con el consejero de Hacienda del Gobierno de García-Page, y ante la ausencia del líder de Podemos y vicepresidente primero del Parlamento castellano-manchego, José García Molina, que “a no ser por una causa mayor que desconocemos, tiene muy difícil justificar su ausencia”, concretan las fuentes.

“Habemus presupuesto”

Sea como sea, y aunque la ausencia de García Molina estuviera acordada en Podemos, el caso es que sus palabras de septiembre “se las ha llevado el viento y se las tendrá que comer con patatas”, añaden, a tenor de lo expresado en  la rueda de prensa donde su compañero, y a pesar de todo contrincante, David Llorente, ha dejado claro que el acuerdo se cimentó en la aceptación del Plan de Garantías de Podemos, “condición fundamental para que pudiéramos sentarnos con el Gobierno a hablar de presupuestos”, ha dicho, para seguidamente estructurar dicho plan en tres pilares fundamentales: garantía habitacional, garantía de suministros básicos del hogar y garantía de rentas. En palabras del propio Llorente “es el primer paso hacia una Ley Integral de Garantías de Castilla-La Mancha”.

Por su parte, el consejero de Hacienda, Juan Alfonso Ruiz Molina,  que ha anunciado la aprobación inmediata del proyecto de presupuestos, ha asegurado que las cuentas regionales priorizan el gasto social, los incentivos al crecimiento económico y un mayor esfuerzo inversor, lo que para Ruiz Molina representan la “principal herramienta para continuar con la recuperación social y económica iniciada el año pasado en la región”, tras la devastación de los cuatro años de Gobierno de María Dolores de Cospedal.