El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, considera que una participación baja en la consulta planteada a las bases sobre su continuidad y la de Irene Montero sería un “fracaso que nos obligaría a dimitir”. Así de claro lo ha dicho en una entrevista en la Cadena SER en la que no ha aclarado qué porcentaje, a su juicio, sería un éxito y cuál un fracaso. Lo que sí ha dicho es que 120.000 votos es lo que “me gustaría”, pero la interpretación la deja a criterio de cada cual.

Iglesias ha admitido que se ha sentido cuestionado tanto dentro como fuera, pero “uno tiene que tener gallardía para preguntar a los que le pusieron ahí si es digno de seguir ocupando la misma responsabilidad”, por lo que tomaron la decisión de que “lo ético es preguntar a los inscritos si con nuestras circunstancias seguimos siendo dignos”.

Sobre si en algún momento del proceso se ha planteado dimitir sin consultar a las bases, ha explicado que 2hay momentos difíciles en los que te planteas si te merece la pena lo que estás haciendo” o, en este caso, “si vas a tener hijos y vas a aguantar que van a tener que aguantar que haya paparazzi” siguiéndoles. “Me voy a dejar la piel para ser presidente del Gobierno”, ha espetado.

Iglesias, quien ha subrayado que en ningún momento se planteó renunciar a la vivienda, ha explicado que “cada uno puede vivir donde quiera” y se ha justificado que “no me he ido a una urbanización aislada. Vivo en una calle de Galapagar” donde incluso se han convocado concentraciones fascistas. Y es que, insiste en que “puedo asumir que cuando saco a los perros me hagan fotografías. Pero cuando yo voy a ser padre, a mí me gustaría que el nivel de exposición de mis hijos sea un poquito menor que el que yo tengo viviendo donde vivo”. Asimismo, ha denunciado que a otros políticos no se les ha acosado de la misma manera: “Yo tengo que vivir con la previsión de ir a una revisión ginecológica y que haya paparazzi”.

Con respecto a los escraches, ha matizado que “quien compare un movimiento antidesahucio con convocar concentraciones fascistas se está equivocando”, y ha contado que en la estación de Sans en Barcelona unos manifestantes en favor de la unidad de España le insultaron y “mientras no me peguen, dije que estos ciudadanos están defendiendo su derecho a libertad de expresión”.