No es la primera vez. Ya son varios los desprecios de Melania Trump al presidente "del mundo libre". Las imágenes hablan por sí solas: aeropuerto de Tel Aviv, alfombra roja, todo bajo un despliegue institucional a la altura de tal momento. Todo perfecto para sellar la amistad entre dos aliados históricos; entre dos potencias mundiales. Donald Trump ofrece su mano a su mujer, pero Melania rechaza el gesto con un manotazo. Antes de ser elegido presidente, el sucesor de Barack Obama fue mundialmente criticado por unas bochornosas declaraciones machistas; meses después ni siquiera es capaz de coger a su mujer de la mano.

No es la primera vez que Melania rechaza algún gesto cariñoso de Donald, lo que denota un amor artificial del que la primera dama no está dispuesta a ser partícipe. Todos recordamos la cara de Melania durante el discurso de investidura de su marido como el 45º presidente de Estados Unidos. Donald se gira, ella le sonríe y acto seguido esa cómplice sonrisa se convierte en una frío y apenado gesto. Para más inri, la propia Melania le dio a "me gusta" a un tuit del escritor Andy Ostroy que decía "parece que el único muro que Donald Trump ha construido es el que hay entre él y Melania Trump" con un gif del testimonial suceso.

El pasado febrero, en un acto en Florida, Melania hizo un gesto de desdén después de que su su marido le cogiera del brazo. El romanticismo de Donald Trump siempre ha estado cuestionado. Quizás está tratando de redimirse del feo acto hacia su mujer durante la transición presidencial en el que los Obama recibieron a los Trump en la Casa Blanca. Además, la diferencia entre ambos matrimonios es abismal. Es preferible la falta de amor que uno artifical.