El Partido Popular y Ciudadanos se han valido de una argucia parlamentaria para sacar adelante los Presupuestos del Ayuntamiento de Madrid sin la necesidad del apoyo de Vox, tan solo con su abstención.

La maniobra ha sido propiciada por la ausencia de Inés Sabanés, de Más Madrid, en el pleno del lunes ya que renunció a su acta el pasado viernes y la formación no ha tenido tiempo de completar el procedimiento para sustituirla.

La votación final, sin Sabanés, fue de empate a 26 (teniendo en cuenta la abstención de Vox), y desempató el voto de calidad del alcalde, José Luis Martínez-Almeida. La concejala y portavoz externa de Más Madrid, Rita Maestre, calificó el episodio de “vergonzoso fraude democrático”. Tildó a Almeida y sus socios de “trileros de la política” y ha anunciado que “vamos a llegar hasta el final para que se respeten en el pleno las mayorías y minorías surgidas de las urnas”. En otras palabras, estudiarán posibles acciones judiciales. En la misma tónica se movió el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Pepu Hernández, quien ha precisado que se trata de un “fraude” porque “no se ha negociado sobre el fondo, sino sobre cuántos concejales éramos a la hora de la votación.

Sea como fuere, la artimaña de Almeida ha funcionado. Y es que, en las últimas horas ha trascendido que la jugada fue planificada aunque no era la primera opción (ya que se esperaba el apoyo de Vox), que Javier Ortega Smith estaba al tanto y que ni PSOE ni Más Madrid adquirieron consciencia hasta la misma mañana del lunes.

Todo comienza el pasado viernes, cuando estaba previsto que se debatieran los Presupuestos. Por falta de acuerdo con la extrema derecha, PP y Ciudadanos decidieron postergarlo y convocar un pleno extraordinario para el lunes. Ese mismo viernes, Sabanés entregó su acta y el PP activó la maniobra.

Convocaron un pleno extraordinario porque, de haber sido ordinario hubieran requerido dos días hábiles.

La idea inicial, según publica La Información, era que la triquiñuela no fuera necesaria, pero estaba sobre la mesa. Vox se desmarcó y entonces, Almeida recurrió a ellas. Así, el alcalde de Madrid aprobó sus cuentas sin el apoyo de la extrema derecha y, así, el bloque progresista ve cercenada la posibilidad de reprochárselo.

Según el citado medio, Ortega Smith estaba al tanto de la jugada en todo momento y era perfectamente consciente, siendo socialistas y errejonistas los únicos que no cayeron en la cuenta.