La repetición de las elecciones generales el próximo 10 de noviembre permitirá estrenar una reforma legislativa acordada por los partidos en 2016 por la que no sólo se acortan los plazos del procedimiento electoral, bajando de 54 a 47 días, sino que, además, reduce la campaña y las subvenciones a la mitad. No lo harán las retribuciones de los políticos, que volverán a ingresar un montante nada deseñable con la repetición de elecciones. 

Hace tres años, el riesgo de que una segunda repetición de elecciones cayera en plena Navidad llevó a los grupos parlamentarios a modificar la ley electoral para introducir una disposición adicional estableciendo que, en los casos de repetición de los comicios por falta de investidura, se rebajaría en siete días los plazos del proceso electoral (de 54 a 47). La decisión del Rey de no proponer a ningún candidato a una nueva investidura por falta de apoyos suficientes implica que las Cortes se disolverán el próximo 24 de septiembre y que se convocarán automáticamente unos nuevos comicios para el 10 de noviembre, y no el 17, como hubiera regido con la Ley Electoral del Régimen Electoral Generales (LOREG) antes de su modificación de 2016.

Así las cosas, los senadores volverán a ganar 163,38 euros al día. Multiplicado por 47, esto asciende a 7.678, 86 euros por 47 días de inactividad. 

Esa paga por la disolución de las Cortes la cobran también los senadores autonómicos (que no sean miembros de la Diputación Permanente), aunque su escaño no dependa de las elecciones generales del 10 de noviembre. Este grupo de parlamentarios seguirá en su cargo el día 11 y volverán a cobrar su sueldo habitual.

Además, como ya sucediera en las anteriores elecciones, los senadores salientes podrán disfrutar del Iphone y la tablet que les facilitó la Cámara. Eso sí, deberán pagar la tasa correspondiente. En el caso de las elecciones del 28 de abril, el pago era de 518 euros por el teléfono móvil y 173 por la tablet.