Artur Mas convocó elecciones para tener las manos libres con una nueva mayoría, absoluta, evidentemente. Primero, para marcar su agenda de la “transición nacional” sin las prisas de los independentistas de ERC. Segundo, para erigirse en el líder de referencia del mundo nacionalista. Tercero, para aprobar sin sudar y sin agobios unos presupuestos que se antojan “sangrantes” en palabras de un dirigente nacionalista. Y cuarto, muy ligado al anterior, convoca las elecciones porque si hubiera mantenido la legislatura hubiera tenido que presentar unos presupuestos que hubieran puesto los pelos de punta a miles de ciudadanos y hubieran significado un lastre muy pesado en su camino hacia la independencia.

Mas con esta convocatoria buscaba, en definitiva, un cambio de escenario. Se pone al frente de la manifestación independentista y Rajoy le hace el trabajo sucio dándole la espalda y menospreciando su propuesta de Pacto Fiscal. Con el camino allanado, el presidente-candidato hace el anuncio solemne de nuevas elecciones en un pleno del Parlament que aprueba una consulta soberanista. Todo le sonreía.

Ningún sondeo le da mayoría absoluta
Sin embargo, a la luz de la ensaladilla de encuestas de hoy en la prensa, lo tiene complicado, aparecen sombras y algún susto. En todos los sondeos gana, con amplia mayoría pero ninguna le otorga la ansiada absoluta. Y eso, que las encuestas se han hecho en el momento más dulce para Mas, en un momento álgido de moral independentista y con el tema nacional como único eje de debate. Los recortes han quedado relegados a meros hilillos de plastilina que se han deshecho ante el empuje nacionalista.

Las encuestas
El presidente catalán hoy se desayuna con un duro artículo en El País: la independencia empujaría a Catalunya a la quiebra. El “chucho” seguro que se le atraganta. El Mundo le dibuja un panorama que lo deja en manos de una ERC que recupera algo el aliento perdido hace dos años pero que se queda lejos de su listón más alto, 23 diputados. CiU quedaría a cuatro diputados de la mayoría absoluta, todo un hándicap para que los grandes recortes que falten por venir tengan un posible aliado. El PP no está para bromas y quedará por ver si ERC se deja desgastar en los números en aras de avanzar hacia la independencia. Y La Razón le avisa de un retroceso que sería tanto como un fracaso en Cataluña, en España y en su propio partido, Convergencia Democrática de Cataluña. Además, le deja un recado. Puede entrar en el Parlament un partido xenófobo y racista, Plataforma por Cataluña.

El diario de cabecera del president
Visto lo visto, La Vanguardia será el diario de cabecera de hoy del presidente. Lo es todos los días, pero hoy mucho más. El diario del Grupo Godó se ha convertido en el abanderado del proceso de “transición nacional” y en el Diario Oficial de la Generalitat, como recordó en un debate el presidente del grupo socialista, Joaquim Nadal. Hoy, su encuesta es muy diferente. CiU queda al borde de la mayoría absoluta y los socialistas se hunden irremediablemente. Curiosa apreciación de la encuesta del Grupo Godó porque ni El Mundo ni La Razón registran esta magnitud del desastre. El PSC cae de nuevo, envuelto en una dura crisis y con un líder de nuevo cuño sin tiempo para darse a conocer, pero lo hace de forma moderada. De hecho, Pere Navarro, será investido hoy candidato una vez supere el reto de Montserrat Tura, que derrotada pedirá el reingreso en el sector sanitario para volver a ser la Doctora Tura. Fuentes socialistas dejan muy claro que Tura no estará en las listas.

ERC
El sondeo del grupo Godó dice que ERC sube pero lo suficientemente poco para que los republicanos no tengan el cuerpo para tirar cohetes. Se esperaban más porque se consideran la marca genuina del independentismo, compartida con Solidaritat. Por cierto, este grupo se mantiene en el hemiciclo para La Vanguardia. Ni El Mundo ni La Razón le dan posibilidades. Parece, a juzgar por la encuesta. También Iniciativa per Cataluña mejora resultados, recogiendo parte de voto socialista, pero lejos de sus expectativas.

El PP
Los resultados de La Vanguardia serían todo un hito. Mas sería uno de los pocos políticos que ganan con holgura unas elecciones. La absoluta está a tiro de piedra. Con un empujoncito bastaría. Mas debe pensar que “Tots amb el president” es un lema con pegada. Ha conseguido eliminar de un plumazo los recortes y los sacrificios. La política económica no existe. Y el PP no está para sacársela a colación, porque también se encuentra cómodo en el frente nacional. Su objetivo será ir a pescar votos en los antinacionalistas. De momento, los populares de Sánchez- Camacho suben para La Razón y para El Mundo, aunque estos registran una subida más comedida, y bajan para La Vanguardia a favor de Ciutadans. El PP en ninguna encuesta logra el “sorpasso”, no supera al PSC a pesar del pésimo momento de los socialistas. A Alicia Sánchez- Camacho le hubiera gustado llevar este regalo a Mariano Rajoy, necesitado de buenas noticias.
Tampoco, la todavía nonata encuesta de El Periódico, que saldrá mañana, parece que tampoco será del agrado de la dirigente popular. Su partido no sube y Ciutadans se lleva un pellizco de los votos populares. Para Mas tampoco serán halagüeñas. CiU no obtiene la mayoría absoluta, los socialistas caen ligeramente y ERC sube con y Solidaritat se queda fuera. Quedan dos meses y mucha tela que cortar, pero hasta ahora el mapa cambia poco, el president fracasa en sus objetivos y el resto de partidos saben que esta es la primera batalla, pero el final no está todavía escrito. Sería recomendable para muchos ver la serie Juego de Tronos. Las cosas cambian, y mucho.

Toni Bolaño es periodista y analista político