El anuncio de Pedro Sánchez de tomarse unos días para reflexionar si sigue o no al frente del Gobierno tras los ataques a su familia, especialmente su mujer Begoña Gómez, ha despertado las elucubraciones sobre los escenarios que se pueden abrir a partir de ahora. Uno de ellos es la posible dimisión del dirigente socialista, lo que dibujaría un panorama político muy diferente al actual. Su sucesión es una derivada de esta cuestión, y muchas voces apuntan sin lugar a dudas a María Jesús Montero como sucesora orgánica del dirigente socialista. Se sabrá este lunes a las 11.00 horas.

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Montero, relevo natural de Sánchez

Si finalmente Sánchez comunica este lunes su dimisión, lo lógico sería que su sucesión recayera en María Jesús Montero, vicepresidenta primera del Gobierno y también la vicesecretaria general del partido. Estos puestos la convierten en la candidata orgánica natural en el caso de tener una herencia inmediata. Con todo, algunas voces cercanas al partido auguran "terremotos internos" y lucha de ambiciones al tiempo que actualmente este extremo no se contempla dado que el PSOE ha cerrado filas con el presidente, como se ha podido ver este fin de semana.

La carta del presidente del Gobierno ha caído como una jarra de agua helada en la cabeza en Ferraz y en Moncloa. Ninguna de las dos instituciones lo esperaban ni tenían constancia antes de que su publicación. Tampoco hay una hoja de ruta encima de la mesa, al menos por ahora, para este extremo, por lo que no se puede dar por hecho ni que Sánchez vaya a dejar su cargo ni quién podría ser la candidata o candidato a ocupar su lugar.

De hecho, cabe señalar que la elección de Montero o cualquier otra figura de las filas socialistas no depende únicamente de esta formación, sino de los socios de coalición y de investidura, que tendrían que dar su visto bueno o al menos evidenciar su opinión al respecto. También hay que resaltar que Sánchez puede dimitir solo de la Presidencia y continuar al frente del partido, lo que le daría carta blanca para liderar el proceso de relevo.

Así, por puesto orgánico, Montero es la candidata natural, también porque dentro del PSOE y del Consejo de ministros le reconocen una gran autoridad y olfato político. Además, la sevillana ha sido la número dos de Sánchez elegida por el propio dirigente. Con todo, se desconoce si la actual ministra de Hacienda querría ocupar este lugar pero, de hacerlo, se convertiría en la primera mujer presidenta del Gobierno de la historia de España.

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Quién es María Jesús Montero

María Jesús Montero Cuadrado (Sevilla, 1966) es una política socialista y gestora sanitaria que ha ido de la mano de Sánchez desde que este llegó a la presidencia del Gobierno en 2018. Desde entonces, ha ocupado el cargo de ministra de Hacienda y Función Pública, y desde julio de 2021, también el de vicesecretaria general del PSOE, convirtiéndose así en la número dos del partido y en una de las personas de mayor confianza del líder socialista. Tras las elecciones del pasado 23 de julio, Montero sigue al frente de Hacienda pero sumando el puesto de vicepresidenta.

Montero no es una política al uso. No proviene de las Juventudes Socialistas ni de las filas del aparato del partido. Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Sevilla, realizó un máster en Gestión Hospitalaria en la Escuela de Negocios EADA. Su trayectoria profesional ha estado ligada al mundo de la salud, donde ha destacado por su gestión y su compromiso con el sistema público. Además, trabajó como subdirectora médica en el Hospital Universitario Virgen de Valme de Sevilla y luego como directora gerente en el Hospital Universitario Virgen del Rocío.

Su salto a la política fue en 2002, cuando fue nombrada viceconsejera de Salud de la Junta de Andalucía por Manuel Chaves. Dos años después, ascendió a consejera de Salud y Consumo, cargo en el que estuvo durante ocho años. En 2012, asumió también la cartera de Bienestar Social, y en 2013, la de Hacienda y Administración Pública, con Susana Díaz al frente de la Junta. Durante su etapa como consejera, Montero destaca por su rigor, su diálogo y su defensa de los intereses de Andalucía.

En 2018, Sánchez la fichó como ministra de Hacienda y Función Pública, confiándole la difícil tarea de elaborar los Presupuestos Generales del Estado en un contexto de minoría parlamentaria y de crisis territorial por el desafío independentista catalán. Montero logró sacar adelante las cuentas públicas de 2019 y 2021, con el apoyo de Unidas Podemos y de otros grupos minoritarios, entre ellos los nacionalistas vascos y catalanes.

En 2020, Montero asumió también la portavocía del Gobierno, convirtiéndose en la voz del Ejecutivo de coalición durante la pandemia del coronavirus. Su papel fue clave para mantener la cohesión entre el PSOE y Unidas Podemos, así como para negociar con las comunidades autónomas y con los agentes sociales las medidas sanitarias, económicas y sociales para hacer frente a la crisis.

En 2021, fue designada como vicesecretaria general del PSOE, en sustitución de Adriana Lastra, que pasó a ser la secretaria de Organización. Con este nombramiento, Sánchez reconoció el peso político de Montero y su capacidad para liderar el proyecto socialista de cara a las próximas elecciones generales. Montero ha afirmado que su objetivo es fortalecer el partido, ampliar su base social y consolidar el espacio progresista frente a las derechas.

 

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