José Manuel García-Margallo ha aprovechado la promoción de su libro 'Europa y el porvenir' (Ediciones Península), escrito conjuntamente con el secretario de Estado para la UE, Fernando Eguidazu, para ajustar cuentas con el Gobierno de Mariano Rajoy. Si ayer en la Cadena SER se despachaba a gusto contra la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, con la que reconocía choques directos, este martes continúa con su particular venganza

Por ejemplo, en El País elude la pregunta de si se sentía respaldado en el Gobierno. "Me sentía respaldado por mi conciencia", replica para, a continuación, incidir en que el Ejecutivo de Mariano Rajoy se equivocó con Cataluña:

"Si hubiésemos sido más insistentes no hubiese aumentado tanto el sentimiento separatista y muchos catalanes que se sintieron indefensos se habrían sentido protegidos. Lo hice, [aunque] sé que ha tenido un coste importante, soy perfectamente consciente de ello, pero yo creo que en política el silencio no es oro, puede parecer aquiescencia".

Sobre sus "divergencias" con la vicepresidenta aclara que son "normales". También habla del polémico G-5 y sus ampliaciones al G-7 e incluso G-8, con Wert, Catalá y Tejerina, a la que se dirigió como "mira, rubia" en una ocasión evidenciando su estrecha relación:

"Una reunión de ministros que nos conocíamos de antes: Pastor, Cañete, Arias, Wert, Soria... luego se incorporaron Catalá, Tejerina. Gente con experiencias vitales y efectos compartidos. En una etapa tan dura el poder compartir tu estado de ánimo con personas que están deseando que aciertes es muy gratificante. Eso fue el G-7, nunca ha habido más, aunque luego se nos quiso identificar con una especie de logia masónica".

En El Mundo apuesta por Alberto Núñez Feijóo para suceder a Mariano Rajoy, dejando de lado a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Mientras tanto, en El Periódico de Catalunya apunta a que ha recibido "alguna cornada" por mojarse en temas conflictivos. 

Preguntado por su participación en un debate electoral frente a Oriol Junqueras, en una decisión que sorprendió dado que ostentaba la cartera de Exteriores, asegura que no se arrepiente pero apunta a que "ha tenido un coste". "¿Por qué?, pregunta el entrevistador. "Porque estaba en el Gobierno y ya no estoy", sentencia.

La periodista Ana Romero, en El Español, asegura que las declaraciones de Margallo no ha gustado nada en Moncloa y que este lunes se oía la broma de que se había hecho un Pedro Sánchez, con sus críticas al Gobierno. Al entorno del presidente, asegura, no le ha gustado nada su verborrea:

"Creen que se hace un “flaco favor” al no aceptar con cortesía y fair play el que Mariano Rajoy no le renovara el cargo precisamente por los motivos que lleva demostrando desde el jueves 3 de noviembre: su incapacidad para mantener la boca cerrada".

El Buscón de Voz Populi relata que "saltaron chispas" en Moncloa el pasado 3 de noviembre cuando Rajoy le comunicó personalmente su cese. Según fuentes del PP recibió la noticia de "muy malos modos". Margallo le advirtió contra la ambición de Soraya Sáenz de Santamaría.