La convocatoria de la manifestación de este domingo en la madrileña Plaza de Colón con el lema Por una España unida. ¡Elecciones ya! citaba a los españoles a las 12:00 horas, pero a las 9:30 empezaba gente a llegar. Ya había quien portaba carteles con el verde VOX de fondo en los que se leía "Golpistas a prisión". También había personajes que buscaban salir en los medios de comunicación con disfraces, para hacer una crítica satírica, y llamando "trilero mayor del Reino" a Pedro Sánchez. Era obvio que el objetivo de esta concentración era quitarlo de la Presidencia del Gobierno. Lo consideran un "okupa".

A esa hora se probaba la megafonía: "Uno, dos, tres, cuatro, cinco... cuarenta, cuarenta y uno,...". Una fiesta no es igual sin unos buenos altavoces. La organización pretendía que eso se convirtiera también en una fiesta. Lo consiguieron cuando se escuchó el Viva España de Manolo Escobar. Los gritos con el Viva España se sucedían de vez en cuando. Se repartieron papeles con una letra para el himno nacional. Hubo quien se los colgó a modo de collar. En una gran pancarta aparecía una foto de Sánchez con gesto torcido que le tachaba de "mentiroso" y "embustero". La expresión "palabra de mierda" se acompañaba de cuatro emoticonos de la famosa caca y de una petición de "elecciones ya ya ya ya". No es una errata, el "ya" aparecía cuatro veces.

Pancarta contra Sánchez en Colón

Había a quien esta convocatoria le podía recordar a las que se hacían contra la política antiterrorista del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Un portador de un cartel de "Golpistas a prisión" dijo que él no iba entonces a esas manifestaciones, promovidas sobre todo por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). Ángeles Pedraza, que fue presidenta de dicha organización y que ahora milita en el PP, estaba este domingo en Colón. "Creo que el Gobierno se está acercando demasiado a independentistas y a gente que ha apoyado a ETA. No estoy de acuerdo con el independentismo, creo en la unidad de España y con las personas que apoyan a ETA no se puede negociar nada", así justificaba su presencia. Reclamó elecciones, para que voten todos los españoles. Opinó que la situación actual es más grave que cuando se salía a protestar contra Zapatero.

La organización era extrema. La Policía estaba prevenida por si grupos de extrema derecha, como La Falange, la liaban. Los vendedores ambulantes hacían su agosto con banderas de España "a cinco euros". Para el frío, gorros de lana rojigualdos con un "Aupa España". El merchandising español se dejó ver hasta en pendientes muy folclóricos. Miembros de partidos políticos con pancartas de "Stop Sánchez. Elecciones ya" las repartían a los presentes. El mar de banderas españolas, mezcladas con banderas europeas, cada vez era mayor. Se preguntaba desde megafonía que dónde estaban los españoles para animar el cotarro.

Ultraderechistas en Colón

La foto más esperada era la de Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal juntos. Los líderes de la derecha española habían echado toda la carne en el asador para que esta manifestación fuera multitudinaria. Se pretendía que no fuera partidista, por lo que el manifiesto fue leído por tres periodistas. No obstante, desde algo antes de las 11:30, los líderes políticos fueron interviniendo, sin responder a preguntas, ante los periodistas, en una zona acotada para tal menester. Primero, los representantes de partidos como UPyD, Foro Asturias o UPN, entre otros. Después, los de VOX, Ciudadanos y PP. Cada uno por separado y con su público llamándoles "presidente, presidente".

Abascal destacó que "la soberanía sólo pertenece al pueblo español y el pueblo, que es el legítimo propietario de la soberanía, debe ser llamado a las urnas urgentemente". Se marchó como si fuera un político americano. Cuando llegó Rivera, detrás de él desplegaron dos banderas arcoiris, lo que pareció descolocarle un poco. Prosiguió sin más. A su gente le comentó que no se escuchaba nada por el griterío que había a su alrededor. Señaló que Colón estaba desbordado y aseguró que había un antes y un después en esta legislatura: "Señor Sánchez, pare todo esto y convoque elecciones ya. Queremos ir a votar los españoles y elegir un presidente y un Gobierno constitucionalista". Casado apareció con su equipo, con su séquito, de forma triunfal. Saludaba a todo el mundo que podía. Se estaba dando un baño de masas. "Éste es el último recurso que nos quedaba. Se estaba negociando [por Sánchez] para perpetuarse en el poder, a pesar de que lo que se exigía era romper la unidad nacional, la libertad de los españoles y la igualdad de todos los ciudadanos. Por eso, desde el PP, de acuerdo con otros partidos que participan en esta concentración, lo que pedimos son elecciones inmediatas", expresó.

Acto seguido, se llenó la zona de autoridades con la plana mayor de los tres partidos. Se oía de fondo "Puigdemont, a prisión ya" y "155 ya", como consignas. Las líneas de los teléfonos móviles estaban saturadas por la cantidad de gente presente. No se podía mandar un WhatsApp, no se podía acceder a Facebook. No se podían mandar fotos de la concentración. El escritor Mario Vargas Llosa, como icono del liberalismo, estaba en la zona de autoridades, próximo a la gente de Ciudadanos, a pesar de que recientemente participó en la convención del PP. Manuel Valls, que había descartado tres días antes acudir a la manifestación, también fue. Eso sí, declinó subir al escenario cuando todos lo hicieron.

Hombre disfrazado para protestar contra Sánchez

Moverse por la Plaza de Colón era difícil. Todo el mundo estaba apretujado. Para ello se habían fletado muchos autobuses procedentes de todo el país. Se percibía que la calle Génova estaba llena de gente con sus banderas españolas. "Queremos votar", se volvía a escuchar. La gente criticaba a Sánchez en sus conversaciones personales. Llamaba la atención una gran pancarta de la extremista España 2000 con un texto grande: "Defiende España". Tras leerse el manifiesto, el colofón fue escuchar el himno de España. "Viva España" y "Viva el Rey", se ensalzó al terminar. Eran las 12:45 y la gente empezaba a dispersarse. De repente, era más fácil moverse. Pusieron por megafonía una canción de Shakira, lo que provocó que dos jóvenes criticasen que se publicitase a la mujer de Gerard Piqué, ya que éste es jugador del Barcelona.

Un señor intentaba llamar la atención con una bandera con el Águila de San Juan, asociada actualmente a épocas predemocráticas, puesto como si fuera una capa. Buscaba la provocación. Cada vez son menos las banderas con águila que hay en este tipo de encuentros, pero aún las hay.

La franquista Pilar Gutiérrez

También portaba una la hija de Pilar Gutiérrez, la mujer "más franquista" de España, que estaba junto a su madre promocionando su nueva Web "para desmontar la leyenda negra antifranquista". Gutiérrez negó a este periódico que haya hoy por hoy un Estado de Derecho porque "hay un Gobierno que no ha sido elegido por el pueblo". Argumentó que la democracia actual es "un timo" y que "nos merecemos una democracia de verdad donde se respete al adversario, donde haya una división de poderes y una seguridad jurídica. Según ella, en la dictadura de Franco, "la gente se sentía más representada que ahora y el Gobierno funcionaba mucho mejor". Subrayó que, en los últimos años de Franco, "había una democracia orgánica". Su pancarta tenía escrito "Movimiento por España".

Cuando ya quedaba poca gente en la almendra central de Colón, Javier Ortega Smith, secretario general de VOX, esperaba a que terminara de hablar Valls en La Sexta para hacerlo él. Acaparaba la atención de muchos de los presentes. Cuando Valls se marchó, hizo un guiño a sus seguidores con un "no huyas". A las 13:30, por una calle aledaña, Abascal se marchaba a toda prisa seguido por un tumulto que le llamaba "presidente, presidente". Poco a poco, el centro de Madrid fue recuperando su normalidad.