La apología franquista en España está a la orden del día, desde actos multitudinarios en el Valle de los Caídos, a placas conmemorativas de la victoria nacionalista en cientos de municipios, hasta calles con nombres de mutiladores y genocidas... Incluso está el famoso restaurante Casa Pepe que se encuentra en Ciudad Real, repleto de recuerdos y merchandising de la dictadura del generalísimo. 

"Franco es un zombie" así lo afirman en un dialogo de la serie 'Merlí' distribuida por Netflix, "¿No sabes que Franco no murió en 1975?" le pregunta una profesora a su alumno, "los franquistas y sus hijos aún campan a sus anchas. No solo encontrarás vestigios del franquismo en las tertulias radiofónicas. Si paseas por Barcelona verás placas del Ministerio de la Vivienda en muchos edificios. Por toda España hay calles dedicadas al dictador" le explica. Y añade "Ah, también puedes elaborar un mapa de fosas comunes que aún están por desenterrar, vergonzoso, ¿no crees?".

Una reflexión que plantea cuestiones sobre si realmente el lastre franquista ha desaparecido en pleno siglo XXI, a mitad del año 2019, en un país europeo como es el nuestro. Siendo este tipo de ensalzamientos fascistas ilegales o sancionables en varios de los países de la Unión Europea.

Parece que no todos los españoles comparten que la democracia haya mejorado sus vidas, empeñados en vivir en otra época. "Creo que se vivía antes mejor con esa bandera que con la que tenemos ahora" se justifica el dueño del parking 'Bajo Mar' en Almayate en Vélez-Málaga, donde a la entrada del aparcamiento de caravanas y coches se puede ver ondeando la bandera franquista y la bandera andaluza.

Preguntado por ElPlural.com sobre la decisión de poner esa insignia en vez de la actual, en un primer momento el responsable de 'Bajo Mar' asegura que "se la vendieron así" y que se la compró "a unos moros". Sin embargo, al insistir brevemente si aquello no tenía nada que ver con sus ideales, el dueño rectifica "bueno, a mi la bandera me gusta. Es una ideología que es de mi abuelo y a mí me gusta también".

Parece que la reminiscencia de la dictadura franquista sigue muy presente, en lugares desde despoblados hasta en los más turísticos, como resulta ser este caso, en plena Costa del Sol.