Concha Andreu ha sido elegida está mañana presidenta del Gobierno de La Rioja, tras haber logrado los apoyos de los 15 diputados del Grupo Parlamentario Socialista, y los dos de las diputadas del Grupo Parlamentario Mixto, formado por Izquierda Unida y Podemos, Henar Moreno y Raquel Romero, respectivamente.

Tras una investidura fallida y un continuo runrún instalado entre las fuerzas de izquierdas -las tiranteces entre la socialista y la líder de Unidas Podemos se evidenciaron con el rechazo morado a las aspiraciones de su homóloga-, finalmente el pacto rubricado la semana pasada, en el que se concedía una consejería a Romero en la coalición que ha sido fruto de las negociaciones, ha desbloqueado la situación de una región gobernada por el PP durante 24 años de forma ininterrumpida. 

Un acuerdo programático y orgánico para garantizar la puesta en marcha de medidas "progresistas y de izquierdas que garanticen la gobernabilidad y estabilidad" de la región durante la X Legilatura autonómica (2019-2023). Fuertemente criticada por sus rivales, Andreu se ha despachado de las críticas rivales tirando de hemeroteca y haciendo un análisis de la gestión realizada a lo largo de estos últimos años por parte del PP: "Llevan 24 años gobernando y no han hecho nada de fundamento, no vengan a dar lecciones ahora".

El próximo jueves, 29 de agosto, a las 12,00 horas, en la plaza del Parlamento riojano, tomará posesión de su cargo.

Una relación tortuosa

Fue el pasado jueves 18 de julio cuando la líder morada encendía todas las alarmas dando un sonoro portazo a las aspiraciones de su homóloga. Además, la situación se agravaba más si cabe teniendo en cuenta que la siguiente semana tenía lugar la Sesión de Investidura (finalmente fallida) del candidato socialista Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados.

Las relaciones entre Unidas Podemos y el PSOE volvían a enquistarse. La situación autonómica, un símil exacto de lo que pasaría poco después en la Cámara Baja. Hasta el último momento hubo reuniones, conversaciones y ofertas. Sin embargo, mientras los morados pedían más responsabilidades, desde Ferraz se observaba con incredulidad el revés parlamentario al que serían sometidos.

La decisión de Raquel Romero no fue bien recibida. Muchos votantes de izquierdas no daban crédito a que Unidas Podemos, con una sola diputada regional, imprimiese una beligerancia tan marcada impidiendo el cambio autonómico. Ante la posibilidad de que una repetición electoral diera una segunda oportunidad a los de Casado, muchos reprocharon las ínfulas de Romero, pidieron responsabilidad en las negociaciones y peticiones proporcionales al poder obtenido en las urnas-

Sus propias bases, que no la eligieron en Primarias por falta de tiempo, reprocharon a Romero su “vergonzoso espectáculo circense”. “Pedimos al equipo técnico que replantee su postura y su estrategia, apoye el primer gobierno de progreso de los últimos 25 años en La Rioja y nos podamos sentir orgullosos de nuestros representantes”, sentenciaron.