La triquiñuela de Pedro Sánchez para reformar la Ley de Estabilidad Presupuestaria y evitar el veto del Senado a sus Presupuestos se ha topado con la Mesa del Congreso. La pinza Partido Popular-Ciudadanos ha tumbado la enmienda que el Gobierno coló en el marco de la Ley del Poder Judicial sobre medidas urgentes del Pacto contra la violencia de género para sacar adelante los Presupuestos.

El PSOE ya había advertido antes de la reunión de la Mesa y portavoces de que barajarían la reprobación de Ana Pastor, presidenta de la Cámara, en caso de que la Mesa tumbara la enmienda, puesto que entienden que dicho órgano no puede pronunciarse sobre un acuerdo alcanzado en la Comisión de Justicia, que dio luz verde a la iniciativa la pasada semana. Durante la reunión, los socialistas solicitaron un informe de los letrados a fin de esclarecer el asunto, pero el Partido Popular se ha opuesto.

Javier Maroto, vicesecretario general de Organización, ha argumentado que “ya existe jurisprudencia de rangos más altos” y “cuando hay pronunciamientos judiciales, lo que hay que hacer es aplicar estas cuestiones”. Un razonamiento torticero puesto que el PP recurrió a la argucia usada ahora por Sánchez.

En este sentido, Maroto se ha escudado en que “nunca se había hecho con la norma madre, los Presupuestos, cuando Antonio Ferreras le ha recordado que los populares colaron la norma de la abdicación del rey Juan Carlos I en una ley de libranzas de los jueces. “No es lo mismo”, se ha limitado a decir Maroto.

El PSOE está ahora pendiente del asunto, evaluándolo y considerando las distintas opciones. No obstante, cabe recordar que la reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria sigue su trámite ordinario después de que la Mesa frenara tramitarla por la vía de urgencia.

Presiones y más presiones

El deseo de Pedro Sánchez era presentar los Presupuestos a finales de noviembre o principios de diciembre y tenerlos aprobados durante el primer trimestre del año 2019, marzo a lo sumo. Para ello, necesitaba revertir la reforma que el PP introdujo en 2012 y que permitía al Senado tumbar los Presupuestos. Este era el fin de la reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria de los socialistas, que si no conseguían tramitarla por la vía exprés vería cómo la aprobación de los Presupuestos se retrasaría hasta seis meses. La Mesa frenó la vía urgente y Sánchez recurrió a la más pura de las ingenierías parlamentarias.

Hay mucho en juego y, conscientes de ello, los partidos utilizan sus armas de presión. La presidenta de la Comisión de Justicia, Isabel Rodríguez (PSOE), cuya Mesa debía admitir a trámite en primera instancia la enmienda sobre los Presupuestos, denunció el acoso “preventivo” al que le sometieron el Partido Popular y Ciudadanos antes de tomar la decisión.

Por su parte, la presidente del Congreso, Ana Pastor, insistió en que no admitiría “presiones” en sus decisiones y que la Mesa es absolutamente “independiente” y “cosntitucional”.