Las dos 'Pilares Garcías'. A la izquierda, Muñiz, a la derecha, De la Granja.



Es un error habitual, sobre todo cuando uno se centra en el primer apellido del afectado. La presentadora del Telediario 1 de TVE ha pedido al juez Eloy Velasco que aclare que ella no es la Pilar García que aparece en el sumario de la Púnica  en boca de la Guardia Civil como la periodista que mantenía una conversación con Alejandro de Pedro, presunto conseguidor de la trama.

“He tenido conocimiento de que mi nombre aparece equivocadamente en varios fragmentos del sumario, y más concretamente en un informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil sobre unas escuchas telefónicas entre una periodista de nombre Pilar García con Alejandro de Pedro. En ese fragmento la Guardia Civil afirma que esa Pilar García ‘podría ser Pilar García Muñiz’” expone la presentadora en el documento remitido al juez y al que ha accedido El Mundo.

Seis días después del comunicado, el magistrado aclaraba el error y dejaba correr el asunto: "Aunque inicialmente se informó, por la fuerza policial instructora, de que una de las personas de las intervenciones telefónicas podía ser Pilar García Muñiz", escribía Velasco en su providencia, "lo cierto es que no se atribuyó delito ni reproche a la misma, e indicios posteriores llevan a la conclusión de que la persona que habla en la intervención no es Pilar García Muñiz".

Pero, entonces, ¿quién es Pilar García? Porque las conversaciones con De Pedro, haberlas haylas y las recogieron varios medios, aunque acusando a la presentadora de TVE. En ellas se hablaba de varios temas relacionados con Canarias y se planea la creación de un periódico digital con “cinco colaboradores” a los que pagar “50 euros” para montar un medio que esté valorado en “100.000 euros”.

Fuentes del caso han confirmado a ELPLURAL.COM que esa conversación existió y que la Pilar García que la protagonizaba era Pilar García de la Granja, corresponsal de Telecinco en Nueva York y esposa de Alfredo Timmermans, antiguo secretario de Estado de Comunicación de José María Aznar.

García de la Granja fue una de las caras más visibles de Intereconomía, pero consiguió dejar el barco poco antes de que se hundiera. Después de conspirar para sustituir a Ana Pastor al frente de Los Desayunos de TVE, según informó la prensa de la órbita del PP, recaló en Telecinco, donde se le ofreció la corresponsalía de Nueva York, coincidiendo con el traslado de su marido a Estados Unidos como directivo de Telefónica: miel sobre hojuelas.

De su etapa madrileña, quedan para el recuerdo las cenas que organizaba en su casa con dirigentes del PP y representantes empresariales y económicos, algo de lo que solía presumir, según sus excompañeros de Intereconomía. Alardea mucho de ello, subraya una fuente, e incluso sabemos que cuando alguna personalidad rehúsa asistir a las mismas sufren posteriormente su ira en sus artículos”.

Desde entonces, García de la Granja suele colaborar no sólo en los informativos de Telecinco, sino también aparece como tertuliana en El Programa de Ana Rosa. A veces con estrambóticos resultados, pese a lo que le cuesta a la cadena el satélite para que ella dé su opinión. Algo que demostró el día que, para analizar un presunto banquete de UGT pagado con fondos públicos, tergiversó las palabras del hombre que le dio el puestazo, el propio consejero delegado de Telecinco, Paolo Vasile y dijo: “Como diría nuestro consejero delegado, aquí cada uno roba en base a donde puede llegar. ¿No? Pero el hecho es que se roba y se roba a todos los demás”.



En realidad, Vasile dijo: “¿Cuánta gente de la que se indigna porque los políticos roban… roba? Robar es algo que hay que condenar, pero no solo cuando roba el otro. Y no es un tema de cantidad, porque la cantidad viene dada por la posibilidad. Hay quien roba un millón de euros y otro que roba 10 euros. Para mí es lo mismo”. Algo muy distinto a lo citado por De la Granja, aunque a Vasile no debió molestarle la manipulación, pues mantiene su puesto.