El sindicato que representa a la mayoría de la Guardia Urbana de Barcelona pidió a la alcaldesa Ada Colau, en el pasado mes de julio, que se dotase a los agentes con armas largas para enfrentarse a un posible atentado terrorista, un mes antes de que ocurrieran los sucesos de la Rambla.

El aviso del Sindicato de Agentes de Policía Local (Sapol) fue enviado a la gerencia de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, que recordaba que estaban en el nivel 4 de alerta terrorista, uno por debajo del máximo, por lo que pedían aumentar el “material operativo” para dar mayor protección a los ciudadanos, según informa Economía Digital.

Según fuentes del sindicato citadas por dicho medio, desde el Ayuntamiento no se les ha hecho caso. La Ley de Policías Locales da a los alcaldes la autoridad para elegir qué armamento reglamentario llevan los agentes. Los sindicatos policiales no reclaman que se les dé a todos los agentes armas largas, pero sí que se les dote de ellas para ciertas instalaciones y en momentos puntuales. De hecho, varias policías locales están equipadas, por ejemplo, con subfusiles, aunque no es lo habitual.

Tras el atentado de Las Ramblas, el enfrentamiento entre la Guardia Urbana y Colau ha crecido. En notas internas, el Sepol acusa a la regidora de Barcelona de haber “conseguido desmotivar” a la plantilla y de haber “demostrado un desconocimiento y un menosprecio preocupante” por los trabajos de la policía.

En el sindicato incluso tiene una lista de ofensas, entre la que cuentan la manga ancha del Ayuntamiento con los manteros, directrices a favor de los okupas en los desahucios, el fichero creado con datos personales de los agentes o la desaparición de la banda de música, además del deseo de querer eliminar la unidad antidisturbios del cuerpo.

Desde el Csif, el portavoz Eugencio Zambrano, apoya que los agentes lleven armas largas porque “no es un capricho” y es un armamento que también usan terroristas, organizaciones criminales y delincuentes comunes, por lo que serviría para equilibrar fuerzas.

Zambrano cree que hay que mejorar el armamento de la Guardia Urbana y dotar a los agentes de subfusiles, escopetas y pistolas eléctricas. De hecho, los conocidos como táser son reclamados desde hace años. Cuando Xavier Trias era alcalde, el concejal de la Guardia Urbana era Joaquim Forn, ahora consejero de Interior de la Generalitat, quien se negó en redondo, como ahora hace Colau.

 Valentín Anadón, portavoz del sindicato SAP-Fepol, no lo ve así y cree que hay estudiar que armas lleva la Guardia Urbana, pero no hacerlo en “caliente” tras la comisión de un atentado. Sí cree que a la Guardia Urbana se le “marginó” durante los sucesos de La Rambla, por lo que anuncia que pedirán una nueva ley catalán que ayude a la “coordinación” policial.