En pleno guanteo con Ciudadanos por mantener su hegemonía en la derecha del tablero político, el Partido Popular celebró durante el pasado fin de semana su Convención Nacional. El lugar escogido fue Sevilla, y el objetivo, una auténtica exhibición de músculo para impulsar al partido y cerrar las heridas abiertas por el debate territorial en Cataluña que propiciaron su desplome en las encuestas en favor de los de Albert Rivera. Los populares buscaban aire fresco, pero la inyección de energía tornó en inyección letal. Las notables sospechas sobre el Máster de Cristina Cifuentes empañaron toda la convención de tal manera que, dirigentes, parlamentarios y otros asistentes salieron de la cita con la cara más propia de un funeral que de un guateque.

Según publica Ignacio Camacho en el diario ABC, un parlamentario le dijo que “hemos tirado un millón de euros, esto no ha servido para nada”: “Ni siquiera sabemos cuánto tiempo va a seguir Rajoy apoyándola” o si, finalmente, la dejará caer con el tiempo. De hecho, Andrea Levy, parece haber iniciado el camino de la formación en su retirada de apoyo a Cifuentes: "Sería decepcionante que no haya dicho la verdad".

Las sensaciones con las que los asistentes salieron de la convención no fueron precisamente halagüeñas. Esperaban mucho más del líder del partido, Mariano Rajoy. Algún as en la manga que les permitiera agarrarse a un clavo ardiendo, un paraguas en el que resguardarse durante la tormenta. Pero nada. Rajoy no anuncio candidatos, no anunció nada revolucionario o innovador, de hecho, recurrió al argumentario por antonomasia del PP: la recuperación económica y la gestión del procés y Cataluña.

Los allí presentes esperaban algo nuevo, unas palabras que ayudaran a vislumbrar la luz del final del túnel, pero Rajoy pronunció el mismo discurso de siempre con la novedad de que arremetió con especial dureza contra los “parlanchines” e “inexpertos lenguaraces” de Ciudadanos. Pero solo eso no ha bastado. Y es que, 

Los naranjas no solo están comiendo terreno electoral a Rajoy, sino que también varios cargos comienzan a fugarse al seno de Rivera (como ha ocurrido en Cáceres): “A muchos de los que estamos aquí ya nos han tocado para irnos con ellos. De momento la gente resiste, pero si palmamos en Madrid, adiós: desbandada”, dice Ignacio Camacho que le confesó un parlamentario.

Los populares, según publica la Cadena SER, salieron “apagados” y frustrados de la convención. ¿El culpable? Cifuentes. Nada más llegar a Sevilla comenzó a eclipsar todo a su paso. En la estación del AVE de Santa Justa, caminando entre cámaras, micrófonos y periodistas, la presidenta de la Comunidad de Madrid anunció una rueda de prensa. Así, pocos minutos antes del pistoletazo de salida de la convención, Cifuentes tuvo que hacer frente a las preguntas suscitadas por las dudas sobre su Máster. Y no lo resolvió, puesto que la sombra de la duda ha sido, precisamente, lo que ha ensombrecido la fiesta del PP.


El buen discurso de Rajoy no logra reconfortar al PP

Las dudas razonables sobre el máster que Cifuentes tiene que aclarar a los madrileños