"Un día muy triste y uno de los más difíciles que he vivido como ministra". De esta forma ha comenzado la titular de Igualdad, Irene Montero, su intervención como parte del Gobierno en el debate de la reforma de la ley del solo sí es sí propuesta por el PSOE. Un texto que ha salido adelante con el apoyo del Partido Popular y sin Unidas Podemos y los socios. Precisamente esta desunión ha sido foco de críticas por parte de la bancada de la izquierda, quienes han cuestionado la intención de los populares en aprobar una modificación en pro de los derechos de las mujeres cuando siempre votan en contra así como de la motivación de los socialistas en aliarse con ellos. Este ha sido uno de los puntos esgrimidos por la morada, quien se ha pronunciado muy dura para defender la norma de la Libertad Sexual frente a los ataques contra la legislación. "La ofensiva contra la ley ha sido contra el Gobierno, también contra su presidente", ha dicho directamente al socio mayoritario de la coalición. 

Montero, muy dura con el PSOE

Montero ha subido al estrado este jueves para cerrar el debate de la reforma de la ley del solo sí es sí del PSOE que finalmente ha salido adelante con el apoyo de las derechas, especialmente del Partido Popular. Ante continuas afrentas por parte de estas formaciones y la defensa del texto que ha realizado la secretaria de Igualdad socialista, Andrea Fernández -quien ha negado que se acabe con el consentimiento-, la titular morada ha realizado una intervención muy tenaz contra sus socios mayoritarios del Ejecutivo. Un discurso contundente, desasosegado y a ratos mesurado con el que ha puesto en evidencia su enfado y desaliento con los socialistas. De hecho, ha reprochado que les hayan desoído en sus múltiples peticiones para sentarse a negociar un texto "unitario" y después uno in extremis para dar salida a los "efectos indeseados" que la norma primigenia ha permitido en el nivel judicial.

"Hoy ha sido un día triste y uno de los más difíciles que he vivido como ministra. Han sido muchos años de movilizaciones, de trabajo en el Gobierno y en el parlamento para poner el consentimiento en el centro. La reacción ante la ley ha provocado una vuelta a tras de muchos años hasta el punto de volver a escuchar que este siempre estuvo en el centro. Estamos volviendo a escuchar que es un teatro. ¿De verdad no era necesaria la lucha de millones de mujeres que decían que 'solo sí era sí' y pedían un cambio en el Código Penal para que la ausencia del consentimiento determinase la agresión y no hubiera una distinción entre agresión y abuso, basando la credibilidad en las heridas o en si se resistieron o no?", ha dicho en defensa de la ley de Garantías de la Libertad Sexual impulsada por su propia cartera hace poco menos de un año. 

"El consentimiento no es un teatro"

Así, Montero ha insistido en que "el consentimiento no es un teatro aunque lo diga el redactor" del documento. "Lo sabemos las feministas, bastará una crisis política para que nuestros derechos vuelvan a ser cuestionados", ha manifestado antes de dirigirse directamente a la bancada socialista. De esta forma, ha reconocido que su preocupación por las decisiones judiciales ha sido compartida con los socios de la coalición así como que "la ofensiva contra la ley ha sido contra el Gobierno, también a su presidente". "Siempre fuimos conscientes y eso nos llevó a trabajar siempre para dar una respuesta unitaria a las víctimas. Nos hizo buscar siempre el acuerdo y ceder por encima de nuestras posibilidades", ha dicho sobre las negociaciones.

En cuanto al texto que está sobre la mesa, la ministra ha dicho que es "un paso atrás" y ha cuestionado tanto su funcionalidad como su trasfondo. "Dicen que hacen esto para resolver el problema pero saben que ninguna reforma va a evitar las decisiones de rebajas de condenas. Luego dicen que el problema no ese sino la bajada de penas a futuro. Les hacemos una propuesta para subir las penas y la rechazan porque las suben demasiado", ha criticado una concernida Montero, que ha insistido en que la del PSOE es una propuesta que "vuelve al esquema anterior bajo la premisa de que es fácil probar las agresiones con las heridas", en clara referencia a las polémicas palabras de la ministra de Justicia, Pilar Llop.

"Este es un grave retroceso en derechos de las mujeres, somos el primer país que va a dar un paso atrás y justo a dos meses de la Presidencia europea. Justo en este momento España tenía que estar a la vanguardia y cumplir el convenio de Estambul”, ha dicho para percutir en la necesidad de que este jueves saliera de la Cámara Baja una reforma realmente "feminista". "Todas todas todas compartíamos que había que dar una respuesta a las víctimas ante las decisiones de rebajas de condenas, pero una reforma para avanzar con un claro mensaje de que los derechos feministas no se negocian con el PP. Los derechos que la derecha y la extrema derecha ponen en el centro de todos sus ataques han preferido pactarlos con ellos", ha lamentado.

Dardos al PP

Pero también ha criticado la decisión del PSOE de apoyarse en la derecha y ha incidido en la postura del Partido Popular, de quien ha dicho "ha votado en contra de todos los avances" y que "si hoy votan a favor es quizá porque esto no es un avance". "Tendríamos que haber pactado una respuesta unitaria desde el minuto uno. [...] Las víctimas tienen que tener claro que el Estado sigue teniendo responsabilidades con ellas", ha afirmado para después asegurar que los morados se quedan "en minoría" en el Hemiciclo y en el Gobierno. Además, ha agradecido a ERC y EH Bildu su trabajo para "preservar los avances feministas" durante la legislatura así como al movimiento feminista por "sostener una lucha” que, según dice, "va a tener que seguir sosteniendo para recuperar" el consentimiento.