El hospital Al Shifa, el más grande de Gaza, está bajo control del ejército de Israel y no ha podido ser evacuado, pese a albergar todavía a miles de refugiados y pacientes, según las autoridades sanitarias de la Franja. Es más, el centro médico se encuentra totalmente incomunicado desde este jueves, según el Ministerio de Sanidad del enclave palestino, un día después de que el Ejército de Israel irrumpiera en el hospital esta “operación selectiva”.

Las fuerzas israelíes han registrado las instalaciones en busca de pruebas que plasmen la existencia de túneles utilizados por Hamás. No obstante, de momento solo han podido mostrar un puñado de armas que en teoría fueron encontradas durante el registro del complejo. El ejército israelí sí ha encontrado en las inmediaciones al hospital Al Shifa el cadáver de Judith Weiss, una rehén de 65 años que se encontraba secuestrada por Hamás y que padecía cáncer. El horror se abre paso en ambos bandos.

Por su parte, el director de Al Shifa, Mohamed Abu Salmiya, en declaraciones a Al Jazeera ha asegurado que, en el interior del hospital, sin agua potable, comida ni electricidad desde hace días, aún quedan unos 5.000 refugiados, 500 integrantes del personal médico y unos 650 pacientes, entre los que hay 36 bebés prematuros – la imagen de los bebés palestinos indefensos y fuera de la UCI tras el asedio al hospital será una de esas que quedará clavada en la conciencia global-. Salmiya también ha afirmado que el Ejército israelí está desplegado en varios edificios del recinto, incluido el departamento de diálisis; y que el personal médico no puede acceder a la farmacia para suministrar medicamentos a los pacientes, ya que "la ocupación dispara a todo lo que se mueve".

El asedio al hospital Al Shifa por parte del ejército israelí suma nuevas víctimas al saldo de vidas palestinas que han llegado a su fin desde la ofensiva de Israel sobre Gaza: ya son más de 11.400 los palestinos asesinados, según las autoridades de la Franja, desde que el primer ministro de Israel iniciara su respuesta al ataque de Hamás del 7 de octubre, que acabó con la vida de 1.200 israelíes y, durante el que la milicia islamista secuestró a 240 personas.

Borrel viaja a Israel a pedir paz

Esta misma semana Josep Borrell, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, ha viajado a Israel y ha lanzado uno de los mensajes más críticos con la actitud de Israel desde el ataque de Hamás del pasado 7 de octubre. “Gaza no está lejos de aquí. Un horror no justifica otro” aseguraba este jueves Borrell junto al ministro israelí de Exteriores, Eli Cohen, con quien acababa de caminar por el kibutz Beeri. “Entiendo vuestra rabia. Pero déjadme pediros que no os consuma la ira. Creo que es lo que os pueden decir los mejores amigos de Israel, porque lo que diferencia a una sociedad civilizada de un grupo terrorista es el respeto por la vida humana. Todas las vidas valen lo mismo”, incidía el alto representante para Política Exterior y Seguridad de la UE. El ministro israelí de Exteriores, Cohen, acababa de apuntar a Hamás como “único responsable” tanto de los 1.200 muertos de su ataque como de los más de 11.000 que han ocasionada en Gaza los bombardeos israelíes.

Borrell recordó en su visita que, en 1969, pasó un verano trabajando como voluntario en un  kibutz por lo que aseguró comprender “lo que la familia de los kibutz siente cuando sus hijos, padres o hijas son secuestrados”. Sin embargo, el alto representante de Política y Seguridad Exterior de la UE aprovechó la ocasión para reivindicar que “los muros, la tecnología y los soldados no bastan para hacer a Israel seguro […] La seguridad solo puede venir de la paz”.

Sin embargo, también este jueves tanques israelíes atacaron el hospital Al Ahli, según denunció la Media Luna Roja Palestina a través de la red social X, provocando más de 500 muertes de palestinos. Además, la organización Media Luna Roja ha denunciado su imposibilidad de llegar a los heridos tras estos ataques.

El aparcamiento del Al Ahli ya vivió una explosión en la que murieron entre 100 y 300 palestinos el 17 de octubre tras el impacto de un proyectil que, según Israel, fue lanzado desde dentro de la propia Gaza.