Ha sido una jornada larga en la cumbre del G20. Los mandatarios llamados a formar parte de estas horas de multilateralismo en Bali (Indonesia) preveían unas negociaciones duras para elaborar un comunicado conjunto de rechazo a la “guerra de Putin”, calificativo que Rusia había pedido no utilizar y que muestra cómo Moscú ha quedado desconectada del resto de potencias presentes. De este enclave han salido pocas decisiones coordinadas de forma unánime, más allá del rechazo del uso de armamento nuclear e incluso de la amenaza de hacerse valer del mismo para reconducir el tablero geopolítico en beneficio propio -incluso la Federación Rusa ha avalado esta decisión-, pero los principales actores han vuelto a demostrar nuevamente la necesidad de actuar de forma coordinada y rápida para elaborar un plan de acción conjunto con el que aportar estabilidad y seguridad en un contexto marcado por el rugido de los bombardeos rusos a infraestructuras de gran valor en Ucrania, constantes en estas últimas 48 horas, así como para abrir una investigación que aporte certezas frente a la inseguridad de un pueblo polaco que este martes, a eso de las 20 horas de la tarde -hora española-, notificaba la muerte de dos de sus ciudadanos por el impacto de un cohete de procedencia desconocida.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido el encargado de hacer llegar a la ciudadanía los detalles del comunicado realizado en el seno del G20. Lo ha hecho este miércoles, a las 8.15, después de un día donde los líderes de la Unión Europea y de la OTAN se han obligado a improvisar reuniones para seguir en directo las informaciones que procedían de los servicios de inteligencia encargados de valorar lo que estaba sucediendo en Ucrania y Polonia: “Los acontecimientos de esta noche son una muestra más de la falta de voluntad de Putin de poner fin a esta guerra. Hoy, una vez más, como presidente del Gobierno, condenamos en los términos más enérgicos la ilegal e injustificada guerra de agresión contra Ucrania”, ha indicado el líder del Ejecutivo.

Sobre los cohetes con fatídico destino caídos en la localidad polaca de Przewodow, en la provincia de Lublin, cerca de la frontera con Ucrania, Sánchez se ha limitado a indicar que es necesario dejar que “avance la investigación” para valorar los próximos pasos que debe dar la Alianza Atlántica. Este mensaje va en la misma línea que el realizado por el resto de países miembros, con EEUU a la cabeza, desde donde se pide cautela y se avisa de que “es poco probable” que los cohetes tuvieran procedencia rusa: “Es poco probable”, explicaba el mandatario norteamericano horas antes de la comparecencia de Pedro Sánchez. El propio Biden y Pedro Sánchez, acompañados por sus homólogos en Francia, Alemania y Reino Unido -Emmanuel Macron, Olaf Scholz y Rishi Sunak, respectivamente-, han mantenido un encuentro privado durante la cumbre del G20 para actuar de forma coordinada: “Esta mañana hemos participado en una reunión de urgencia entre los miembros de la UE y de la OTAN en la que hemos decidido emitir un comunicado conjunto de repulsa a los ataques constantes contra infraestructuras ucranianas. Un comunicado de expresión de apoyo y solidaridad a Polonia mientras se investigan los hechos que han acabado con la vida de dos personas”, ha explicado Sánchez.

Antes de esta valoración, el presidente ya había informado a través de su perfil personal de Twitter de esta reunión de urgencia: “Reunido en Bali, durante la cumbre del G20, con nuestros socios europeos y aliados de la OTAN para analizar lo ocurrido en Polonia y Ucrania. Todos unidos para que vuelva la paz”, ha escrito el presidente, adjuntando a su vez dos fotografías en las que se le puede ver despachando con sus homólogos.

Más allá de la imperiosa actualidad, motivo de que varias reuniones bilaterales presentes en la agenda del presidente hayan tenido que ser pospuestas, el líder del Ejecutivo nacional ha cifrado en cuatro grandes hitos el comunicado que marca la dirección en la que deben dirigirse las actuaciones del G20: seguridad alimentaria, transición ecológica, salud global y un plan de acción frente a los riesgos derivados de la guerra de Ucrania. La declaración también deja claro el compromiso de todo el G20 con el derecho internacional. “De esto subyace algo importante, que es un orden internacional basado en reglas”, ha proseguido el presidente, que ha valorado positivamente que, pese a las enormes diferencias entre los países miembros de este foro, las dos jornadas en Indonesia hayan derivado en una capacidad para “hablar, negociar y encontrar una vía para alcanzar la continuidad de esta plataforma fundamental”.

“Un criminal de guerra”

Pese a la insistencia de Sánchez en la palabra “prudencia”, especialmente cuando las preguntas de la prensa se dirigían hacia lo sucedido en Polonia, el presidente del Gobierno no ha tenido reparo en condenar la actitud de un Vladimir Putin que ha aprovechado el G2O para intensificar sus bombardeos sobre infraestructuras y población civil en Ucrania: “Que en mitad de esta cumbre Rusia bombardee Ucrania es un desprecio al sistema multilateral en su conjunto. Los socios europeos u aliados de la OTAN nos unimos para condenar estos ataques. Expresamos nuestra solidaridad con Polonia por los hechos que aún se están investigando”.

El líder del Ejecutivo no se ha quedado ahí, calificando a Putin como un “criminal de guerra” que trata de “boicotear” el orden mundial. Culpando al Kremlin de desestabilizar el correcto funcionamiento del foro celebrado en Bali, Sánchez se ha mostrado especialmente orgulloso de una de las decisiones consensuadas por la totalidad de los presentes en el G20: “El uso de armas nucleares o incluso la amenaza de utilizarlas es inadmisible. Así se ha hecho constar incluso por la Federación Rusa”. Cabe recordar que las amenazas sobre una posible guerra nuclear han sido una constante en la estrategia comunicativa del Kremlin, empeñada en imponer el miedo a un conflicto sin marcha atrás como su mejor método de defensa frente a la OTAN.

También se ha constatado por la mayoría de los miembros del G2O que Rusia, con sus acciones, “está siendo la causante de la crisis alimentaria y energética que están sufriendo el conjunto de las economías mundiales”. “La voz de España ha estado presente en este foro para rechazar el uso de armamento nuclear, así como avanzar en aquellos asuntos en los que nuestro país es reconocido en el mundo”, ha proseguido el presidente.

En su rechazo a la guerra de Putin, Sánchez ya tuvo oportunidad de demostrar esta oposición frontal este martes en la reunión bilateral que mantuvo con su homólogo chino, Xi Jinping. En esta conversación, el presidente pidió a su homólogo que utilizase su “influencia como potencia estabilizadora para que Putin ponga fin a la guerra”, explicaban desde Moncloa. “También han hablado de la necesidad de cooperar para buscar soluciones multilaterales a las crisis derivadas de la misma, especialmente la energética y alimentaria”, explicaban estas mismas fuentes, que ahondaban en el contenido de una reunión de cerca de 40 minutos de duración que también sirvió para engrasar las relaciones de forma previa a la presidencia interina de la UE que estará en poder de España en el segundo semestre de 2023.