El Parlamento de Turquía, tras veinte meses de espera, ha aprobado la entrada de Suecia en la OTAN. Ahora, la bola queda en el tejado de Hungria, que también ha mostrado rechazo a la entrada del país sueco a la organización.

Tras una larga sesión de debate en el parlamento turco, la adhesión sueca se ha aprobado con 287 votos a favor y 55 en contra. El partido del presidente, Tayyip Erdogan, sus aliados del MHP y la principal formación de la oposición (CHP) han votado a favor de la candidatura en la asamblea general, mientras que los partidos nacionalistas, islamistas e izquierdistas de la oposición se han pronunciado en contra.

Esta ratificación turca se produce después de 20 meses desde que la Cumbre de la OTAN de Madrid se diera luz verde a la entrada de Finlandia y Suecia a la Alianza Atlántica. Esta situación supuso un hito histórico, ya que ambos países rompían su tradicional política de neutralidad a raíz de la invasión rusa de Ucrania.

Erdogan firmará el proyecto de ley probablemente en los próximos días, y pondrá fin al largo proceso que ha frustrado a algunos de los aliados occidentales de Ankara y le ha permitido obtener concesiones. No obstante, conviene recordar que Ankara para tomar esta decisión exigió anteriormente a Suecia que tomara más medidas para acabar con lo que Erdogan considera terroristas en su jurisdicción.

Ahora, Hungría, bajo el mando de Viktor Orbán, se coloca como el único miembro de la OTAN que aún no ha ratificado la adhesión de Estocolmo. Orbán ha afirmado este martes que ha invitado a su homólogo sueco a que acuda a Budapest para negociar el visto bueno húngaro.

El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, ha celebrado la "positiva" decisión a través de la red social X, anteriormente conocida como Twitter: "Hoy estamos un paso más cerca de convertirnos en miembro de pleno derecho de la OTAN".

Por su parte, Finlandia se convirtió en abril de 2023 en el miembro número 31 de la alianza de defensa liderada por Estados Unidos. Su membresía duplicó aproximadamente la longitud de la frontera de la OTAN con Rusia y fortaleció sustancialmente las defensas de tres pequeñas naciones bálticas que se unieron al bloque luego del colapso de la Unión Soviética.