El Parlamento británico ha aprobado este miércoles el acuerdo comercial con la Unión Europea, evitando así un Brexit duro. Esta decisión ha sido respaldada por una amplia mayoría, con 521 votos a favor frente a 73 votos en contra, y ahora pasa a la Cámara de los Lores. De esta forma, los diputados británicos han dado su apoyo al acuerdo que se alcanzó la pasada Nochebuena en una sesión que corría a contrarreloj, ya que a medianoche de este 31 de diciembre se hace efectiva la salida del Reino Unido del bloque comunitario de la UE.

En la mañana de este miércoles, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, ya firmaron los tres tratados que regularán la relación de la zona comunitaria con Reino Unido.

En el discurso de presentación del texto legal, Boris Johnson ha mostrado los objetivos principales de la ley: “Comerciar y cooperar con nuestros vecinos europeos en los términos más estrechos de amistad y buena voluntad, a la vez que retenemos el control soberano sobre nuestras leyes y nuestro destino nacional”. También ha apelado al deseo de los británicos: “El propósito central de esta ley es lograr algo que los ciudadanos británicos sabían, en sus corazones, que se podía lograr, aunque les dijeron que era imposible”.

El debate ha durado unas cinco horas y el Gobierno de Johnson ha maniobrado para evitar la extensión de las discusiones para lograr que el acuerdo se apruebe antes del fin de este 2020. Cabe recordar que el país británico vive un momento difícil con la pandemia del coronavirus y Londres está sometido a duras restricciones para frenar su extensión.

Por su parte, el jefe de la oposición laborista, Keir Starmer, ha intentado hasta el último momento argumentar su decisión a favor de aprobar el texto, aunque fuese consciente de que parte de sus filas votasen en contra. “Ya no queda tiempo para renegociar nada. No va a haber un acuerdo mejor que este. Si votáramos en contra, el resultado solo sería un no acuerdo”, aseguraba.

En contra desde un principio al nuevo acuerdo se encontraban dos partidos: el Partido Nacional Escocés (SNP), con 47 escaños, y los liberales demócratas, con 11. Ambos han votado en contra del acuerdo.