El Parlamento Australiano ha acusado al exprimer ministro Scott Morrison de erosionar el respeto y la responsabilidad del Estado de Derecho. Se trata de un hecho sin precedentes en el país.

Además, la reprobación constata la maniobra clandestina que estableció Morrison para hacerse cargo de siete ministerios: Tesorería, Interior, Salud, Finanzas, Ciencia, Industria y Recursos Energéticos.

El resultado de la votación fue 86 a favor y 50 en contra. Minutos antes que los parlamentarios dieran sus veredicto por la censura, el ex primer ministro ofreció largas y tendidas explicaciones sobre las decisiones que había emprendido a lo largo de los últimos tres años. 

En primer lugar, dijo que de ningún modo se arrepentía de su carrera política y de las decisiones que hizo como líder del gabinete ministerial. Sin embargo, quiso disculparse por ofender a algunos de sus ministros a quienes correspondía sus obligaciones de liderar sobre sus cometidos. Asimismo, reconoció que no era realmente necesario hacerse cargo de la Tesorería ni de los asuntos del Ministerio del Interior. Pero, aparte de congraciarse, de alguna manera, con sus antiguos miembros del Ejecutivo, Morrison no dio muestras de estar arrepentido de nada más.

Al contrario, dijo que "no tenía nada que disculparse por tomar decisiones juiciosas en el curso de una crisis nacional con el fin de salvar vidas y, el bienestar la vida de los australianos". En este contexto hacía alusión a las víctimas de la pandemia del coronavirus.

A continuación, se defendió con todo tipo de argumentos, incluyendo interrogantes sobre "qué hubiera hecho en situaciones parecidas cualquier otro gobernante, incluyendo el actual primer ministro".

¿Fueron necesarias las medidas que dictó Morrison, para sobrevivir durante la pandemia?

Durante la crisis del coronavirus, el ex primer ministro explicó que las estadísticas acerca del número de personas fallecidas estaban muy por debajo de otros países de ultramar. Y en el contexto económico también se vanagloriaba de que Australia, a pesar de la crisis, fuese de los mejores países situados en el ranking mundial.

Pero, según un reportaje del periódico The Age, no era necesario que Morrison se hiciera cargo de las decisiones del ministerio de la Salud. Y en cuanto al resto de las carteras ministeriales, explicó que en el despacho del Gobernador General no firmó ningún documento oficial sobre sus formas de colaborar con otros ministerios.

Sin embargo, según añaden fuentes, fueron miembros del departamento del ex primer ministro, quienes se encargaron de ponerse en contacto con el Gobernador General, para dirimir el caso.

El Procurador General aconseja al Gobernador General evitar la ‘censura’

De acuerdo a las fuentes de información, Michael Kingston, Procurador General del Estado, y encargado de asesorar al gobierno evitó reprobar a Morrison por cuestiones constitucionales, una decisión que David Hurley, Gobernador General de Australia, asumió sin dar más explicaciones.

En este sentido, Donald Rothwell, profesor de la universidad Nacional de Australia, acusó al Procurador General de ser una persona muy conservadora y, consecuentemente, dio a entender que actuó de acuerdo a sus ideales políticos.