Los puntos de distribución de ayuda humanitaria han sido, desde su apertura hace seis semanas, fuente de denuncias tanto por la Organización de Naciones Unidas (ONU) como por expertos. Este martes, la ONU ha afirmado que el total de muertes asociadas con estos puntos ha alcanzado los 875 palestinos; 674 de ellos fallecieron alrededor de uno de los cuatro centros gestionados por la Fundación de Humanitaria de Gaza (GHF).
"Los datos se fundamentan en nuestra propia recopilación de información a partir de fuentes fiables, incluidas fuentes médicas, de Derechos Humanos y organizaciones humanitarias", ha manifestado el portavoz de la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Thameen al Kheetan, antes de resaltar que los datos "están siendo verificados en línea con la estricta metodología" de la oficina, encabezada por Volker Turk.
Ha destacado que los datos del Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), "no son la única fuente de información", y ha insistido en que "las experiencias pasadas" con la cartera en otros conflictos revelan que sus datos "eran cercanos a los que fue posible verificar posteriormente".
Frente a los llamamientos internacionales para levantar por completo el bloqueo de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza, el gobierno israelí decidió evitar utilizar los canales de la ONU para la distribución de ayuda humanitaria porque consideró que podía caer en manos de Hamás. Por ello, creó el GHF, junto con Estados Unidos, pero esta organización ha sido objeto de críticas por permitir que Israel “convierta la comida en un arma” de guerra. La ONU denuncia que podía operar 400 puntos de distribución, mientras que el GHF solo ha puesto en marcha cuatro que raramente funcionan a la vez.
“Nuestros equipos sobre el terreno -equipos de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) y otros equipos de Naciones Unidas- han hablado con los sobrevivientes de estos asesinatos, incluyendo a los niños hambrientos, quienes fueron disparados en su camino para recoger muy poca comida”, ha señalado la portavoz de UNRWA, Juliette Touman. También ha añadido que la organización se ha encontrado con una “prohibición” total para llevar asistencia humanitaria a Gaza, lo que ha llevado a un “incremento significativo” en la desnutrición infantil desde el inicio del bloqueo en marzo.
Sin embargo, el organismo israelí Coordinación de Actividades Gubernamentales en los Territorios (COGAT) que se encarga de la coordinación de la ayuda humanitaria en Gaza y Cisjordania ha afirmado este martes que hay “miles de palés de ayuda humanitaria en Gaza a la espera de ser recogidos y distribuidos en los cruces por agencias de la ONU y organizaciones internacionales”. “En vez de publicar afirmaciones sobre ‘Gaza necesita más ayuda humanitaria’ o ‘camiones están a la espera de poder entrar’, la ayuda humanitaria puede ser recogida y distribuida a la población civil”, ha criticado la organización.
Junto con esto, también ha condenado las informaciones publicadas por la ONU sobre la falta de combustible en la Franja de Gaza, denunciando que ha llegado a un “nivel crítico”. Pese a su publicación el sábado pasado, COGAT ha criticado este martes que esta información es “mentira”. “El combustible ha estado entrando en Gaza durante más de una semana para las necesidades humanitarias esenciales” con la coordinación de la ONU, ha destacado, señalando que el secretario general de Asuntos Humanitarios y Coordinador de Asistencia de Emergencia, Tom Fletcher, debe: “Ponerse al día o dejar de esparcir mentiras”.
Los relatos opuestos de Israel y Gaza
En conversaciones con este periódico, el intérprete y fixer de los periodistas españoles en Gaza, Kayed Hammad, señaló que la distribución de esta asistencia humanitaria es “una trampa de muerte” para los gazatíes. Denunció que su localización, junto con la habilidad de identificación del ejército israelí, ha hecho que cuando “la gente se acercaba por hambre” a los puntos de distribución, el ejército “empezaba a disparar”.
Un informe publicado por Haaretz reveló que los soldados israelíes habían recibido órdenes desde la cadena de comandantes de disparar a gazatíes indefensos que buscaban ayuda humanitaria en los puntos de distribución. Sin embargo, el gobierno israelí ha lanzado una investigación para comprobar estas informaciones y afirma que “no reconoce haber ordenado sobre el terreno” el uso de “fuego deliberado contra civiles”.
En todo caso, la distribución de ayuda humanitaria es una de las cuestiones que más preocupa a la ONU y por lo que sus representantes entran en conflicto directo con las afirmaciones del gobierno israelí. A finales de la semana pasada, el Comisionario General de UNRWA, Philippe Lazzarini, denunció: “Bajo nuestra vigilancia, Gaza se ha convertido en un cementerio de niños y gente hambrienta”. “Su elección está entre dos muertes: hambruna o ser disparado”, criticó, una información que ha sido confirmada por este periódico hablando con Hammad.
A pesar de las denuncias internas y externas y externas sobre las actuaciones del ejército israelí y la falta de comida, las redes sociales tanto de COGAT como del GHF reafirman que se han distribuido millones de comidas a lo largo de la Franja. En una región con una población de 2.1 millones de personas, el GHF afirmó este lunes que había distribuido “más de 1.3 millones de comidas en dos puntos de distribución” en un día, lo que se desglosa en un total de 21.600 cajas, según la propia organización. No obstante, al observar las imágenes de estos puntos, las colas para recibir esta asistencia son largas y estrechas, además de estar restringidas a franjas horarias en las que están operativos, y expuestas al peligro del ejército israelí.