La decisión del Gobierno estadounidense de Donald Trump, quien ha prohibido a la universidad de Harvard matricular a estudiantes extranjeros, no iba a ser aceptada por todos y la universidad ha demandado a la administración Trump. La explicación que dieron al compartir esta medida fue que la presencia de estudiantes extranjeros "fomenta la violencia, el antisemitismo y la coordinación con el Partido Comunista Chino (PCCh) en su campus".
A su vez, un tribunal federal de Massachusetts ha revocado este viernes la prohibición de la Casa Blanca contra la matriculación de alumnos extranjeros en la Universidad de Harvard tras admitir la moción presentada solo horas antes por la propia institución educativa. La magistrada, Allison Burroughs, le ha dado la razón a la universidad en la demanda que ha presentado. Según recoge la CNN, Burroughs es la misma jueza que está deliberando sobre otra demanda de Harvard contra una orden de Trump sobre la congelación de unos 2.500 millones de euros en fondos federales.
El veto de Trump
La secretaría de Seguridad Interior de Estados Unidos, Kristi Noem, defendió la decisión a través de su perfil en la red social X. "Es un privilegio, no un derecho, que las universidades admitan a estudiantes extranjeros y se beneficien de sus mayores pagos de matrícula para ayudar a engrosar sus dotaciones multimillonarias. Harvard tuvo muchas oportunidades de hacer lo correcto. Se negó".
Ya eran comunes los ataques del Ejecutivo trumpista contra la institución educativa pero esto ha sido un salto al siguiente nivel. Anteriormente, ya congelaron grandes cantidades de fondos desde que Trump volvió a la Casa Blanca por negarse a alinearse con sus exigencias ideológicas. El Departamento de Seguridad Nacional solicitó a la universidad información sobre algunos de sus estudiantes extranjeros, en un movimiento enmarcado en las políticas anti-inmigración de esta administración.
"Esto significa que Harvard ya no puede inscribir a alumnos extranjeros y los que estén ahora cursando sus estudios deberán cambiar de centro o perderán su estatus legal", expresa un comunicado de prensa del DHS. "Esta Administración responsabiliza a Harvard por fomentar la violencia, el antisemitismo y por coordinarse con el Partido Comunista Chino en su campus. Es un privilegio, no un derecho, que las universidades matriculen a estudiantes extranjeros y se beneficien de sus matrículas más caras para contribuir a aumentar sus multimillonarios presupuestos", explicaba el comunicado de Noem.
La demanda de Harvard
La Universidad no ha entendido la decisión de vetar la matriculación de estudiantes extranjeros y por ello han decidido demandar a la administración Trump. La demanda ha sido presentada en Boston contra la la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem; el director en funciones del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), Todd Lyons; la fiscal general de EEUU, Pam Bondi, y el secretario de Estado y asesor de Seguridad Nacional en funciones, Marco Rubio, según ha anunciado Harvard en un comunicado.
La demanda ha ido acompañada de una carta firmada por el rector de Harvard, Alan M.Garber, quien denuncia una acción "ilegal e injustificada" de la Administración Trump, que pone el peligro "el futuro de miles de estudiantes" y sirve de "aviso para incontables" alumnos y profesores "de universidades de todo el país".