Israel, Egipto y EEUU han acordado un alto al fuego en la frontera sur de Gaza. Este movimiento desbloquea el paso fronterizo de Rafah, única vía de escape de miles de palestinos y vía de entrada de ayuda humanitaria a un pueblo bombardeado indiscriminadamente por las fuerzas armadas israelíes, aposentadas en la frontera a la espera de la orden definitiva para hacer una incursión terrestre que la comunidad internacional observa con lupa.

Las tropas están movilizadas, son numerosas y el ultimátum para huir de la zona norte de Gaza ha finalizado. Al ejercicio propagandístico de Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, se ha sumado la advertencia realizada este domingo a última hora por el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas israelíes, el general Herzi Halevi, quien aseguraba ante las tropas concentradas en las inmediaciones de la Franja de Gaza que entrarán "pronto" en el enclave palestino y lo harán "para ganar".

Sobre el paso fronterizo de Rafah, en la península del Sinaí egipcio, fuentes conocedoras de las negociaciones han comunicado que "el cruce será abierto hoy, pero no hay confirmación de la hora". Esta decisión, pactada con EEUU, permitirá la entrada de ayuda árabe y egipcia por un corredor humanitario que había sido motivo de discusión desde que el conflicto se recrudeciese e Israel decidiese potenciar su escalada militar tras el ataque perpetrado por Hamás.

El parte de situación es demoledor. A un balance, el del número de muertos y heridos, que no hace más que acrecentarse a un ritmo vertiginoso, se suma la entrada en el conflicto de Hezbolá. Países como Francia han pedido a Irán que use su influencia para dinamitar un nuevo movimiento que acabe dinamitando, sin vuelta atrás, la estabilidad de una zona ya de por sí tensionada históricamente.

El último giro de los acontecimientos de especial relevancia, con implicación para organismos Occidentales, ha sido el misil que ha impactado en la misión de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Líbano. El país asiático, limítrofe por el sur con Israel, se ha convertido en un nuevo frente de batalla después de que tanto las Fuerzas Armadas israelíes como Hezbolá y milicias palestinas hayan decidido intensificar sus ataques en la zona.

Miedo de Israel a la rebelión

Las autoridades de Israel han anunciado este lunes un plan para evacuar a civiles en localidades situadas hasta a dos kilómetros de distancia de la frontera con Líbano, tras los últimos enfrentamientos con el partido-milicia chií libanés Hezbolá y ante las preocupaciones sobre la posibilidad de que el grupo se sume al conflicto abierto entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).

Además, el gobierno israelí ha explicado que no le gustaría intensificar la batalla, pero ha advertido a Hezbolá de que si no cesan las hostilidades no tendrán más remedio que diversificar aún más sus tropas para conseguir la victoria definitiva.

Blinken, Biden y la influencia de EEUU

EEUU, con Joe Biden al frente desde la war room de la Casa Blanca y su secretario de Estado, Anthony Blinken, de gira por la zona 0 del conflicto, está librando un papel fundamental en los diferentes giros geoestratégicos que marcan la sucesión de novedades que llegan desde Tel Aviv. La influencia norteamericana sobre Israel, además de su fiel apoyo, hacen que los postulados de la Casa Blanca se sometan al escrutinio de la guerra.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, indicaba esta madrugada que Israel debe “acabar” con Hamás, pero advertía: “Ocupar Gaza sería un error”. No obstante, el inquilino de la Casa Blanca aseguraba que Hamás no es más “que un grupo de cobardes” que establecen sus objetivos militares cerca de la población civil, por lo que, asegura EEUU, Israel tiene que ser muy preciso en sus ataques.

Un posicionamiento no exento de críticas. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha acusado a la potencia norteamericana de ser cómplice de la masacre, asegurando que tiene en sus manos la posibilidad de frenar las hostilidades: “Claro que es un error ocupar Gaza, pero el Gobierno estadounidense tiene el poder de parar la masacre. Si lo hace todo el mundo, presionará a Hamás para liberar los rehenes israelíes y todo el mundo presionará por un acuerdo de paz que permita dos estados libres: Israel y Palestina”, ha afirmado. "El ataque a civiles de manera sistemática está prohibido. Los genocidios están prohibidos", ha sentenciado.