El embajador ruso en Madrid, Yuri Klimenko, ha sido convocado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación a raíz de la muerte del opositor ruso Alexei Navalni, acontecida el pasado viernes cuando se encontraba bajo custodia y sin que las circunstancias hayan trascendido aún.

La convocatoria de un embajador es la medida diplomática que tiene un país para trasladarle a otro su malestar con unos determinados hechos, y suele ser el anticipo de la llamada a consultas del embajador propio, lo cual supone un paso más importante y destacado. Desde el Ministerio de Exteriores, la cartera de José Manuel Albares, no han querido ofrecer más detalles sobre si el embajador ya ha sido recibido en la sede del Ministerio y quién ha sido el encargado de reunirse con él, sino que simplemente han dado parte de la convocatoria.

El propio viernes, cuando se conoció el suceso, Albares pidió a Rusia una "aclaración de las circunstancias de su fallecimiento, ocurrido durante su injusto encarcelamiento por motivos políticos". De esta manera, España se ha alineado con Alemania y Finlandia, que han protagonizado decisiones similares al convocar a los embajadores rusos a sus respectivos Ministerios de Exteriores.

En declaraciones desde Bruselas, donde ha participado en una reunión de ministros de Exteriores en la que ha intervenido la viuda de Navalni, Albares ha incidido en que las circunstancias del fallecimiento sean aclaradas por el Kremlin "cuanto antes y de forma creíble". De la misma manera, el titular de Exteriores ha dado su apoyo a la viuda del fallecido, y ha manifestado que el Gobierno de España "siempre está al lado de aquellos que defienden la democracia, la libertad y los Derechos Humanos" en cualquier parte del globo.

A su vez, Albares ha hilado el suceso con la cercanía al segundo aniversario del estallido de la guerra de Ucrania. "Los europeos deben hacer aún más predecible el envío de todo tipo de material en estos momentos críticos del conflicto, para que puedan mantener la defensa del territorio", ha añadido.

"Europa no puede fallarles", ha incidido el ministro, quien también ha querido adelantar que, "por lo que ha visto" en torno a la mesa este lunes en Bruselas, "Europa no les va a fallar". Por parte de España, Albares ha agregado que el Ejecutivo "apoyará tanto tiempo como sea necesario". "Lo haremos con todo aquello que sea necesario para que pueda restablecer lo antes posible su integridad territorial, su soberanía y que regrese la paz", ha sentenciado.

El ingreso en prisión y muerte de Navalni

Navalni ingresó en prisión con una pena de nueve años en una "colonia penal de régimen estricto". Cuando se le impuso esta condena, ya llevaba tres años y medio en la cárcel por incumplir las condiciones de una fianza cuando estuvo hospitalizado en Alemania. A pesar de ello, durante los años 2011 y 2012, Navalni colaboró activamente con las protestas contra el fraude electoral y la corrupción gubernamental, centrando la investigación en el círculo próximo a Putin. A su vez, en 2013 llegó a obtener el 27% de los votos en las elecciones a la alcaldía de Moscú y se convirtió en una pieza fundamental para el Kremlin al identificar un palacio en el Mar Negro para uso personal de Putin.

En 2020, el opositor ruso entró en coma por un presunto envenenamiento organizado por el servicio de seguridad ruso FSB y fue trasladado a Alemania. Posteriormente, en 2021 volvió a Rusia, donde estuvo detenido y condenado a la que sería la primera de varias penas que sumarían en total más de 30 años en prisión.

Cabe recordar que, hace tan solo un mes, Navalni comunicó públicamente que se encontraba bien. A principios de 2023, más de 170 médicos firmaron una carta dirigida al presidente ruso, Vladimir Putin, donde advertían del empeoramiento de la salud del opositor: "Las condiciones de su detención y la apariencia física de Alexéi Navalni nos causan una gran preocupación por su vida y por su salud". Las circunstancias y motivos de su fallecimiento aún no se han hecho públicas.

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