Las autoridades de Líbano han informado este lunes sobre un devastador bombardeo que tuvo lugar recientemente en una localidad cercana a Sidón, en el sur del país. El ataque, atribuido al Ejército de Israel, resultó en la muerte de 45 personas y dejó 70 heridos. Este incidente es parte de una serie de ataques que han intensificado las tensiones en la región durante las últimas dos semanas.
El Ministerio de Sanidad libanés, a través de un comunicado, ha expresado su profundo dolor por las víctimas, a quienes ha denominado "mártires", y ha alertado sobre la posibilidad de que el número de fallecidos pueda aumentar. Además, se han reportado otros incidentes violentos, como los bombardeos nocturnos en Hermel, que dejaron 12 muertos y 20 heridos.
45 muertos en Sidón y paramédicos fallecidos en el valle de la Becá
Particularmente trágico fue el ataque contra un centro de Defensa Civil en la zona occidental del valle de la Becá, donde perdieron la vida seis paramédicos. El Ministerio de Sanidad ha elogiado la valentía de estos trabajadores humanitarios, que continúan desempeñando sus labores a pesar de las amenazas y el terror que enfrentan.
El comunicado también critica la inacción de la comunidad internacional y condena la persistencia de Israel en violar las normas internacionales, describiendo las acciones como un "exterminio inhumano y agresivo". Según el Ministerio, son los civiles y los trabajadores de la salud quienes están pagando el precio más alto de este conflicto.
Ataque a los paramédicos en el valle de la Becá
La intensificación de los bombardeos israelíes no solo ha causado un alto número de víctimas mortales y heridos, sino que también ha provocado el desplazamiento de cientos de miles de personas. Además, la situación se complica aún más con la confirmación de la muerte de Hasán Nasralá, líder del partido-milicia chií Hezbolá, y varios altos cargos de su rama militar.
Este repunte de hostilidades se remonta a casi un año atrás, cuando Hezbolá atacó territorio israelí justo un día después de los ataques del 7 de octubre de 2023 por parte del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y otras facciones palestinas.