El guionista escocés Paul Laverty, marido de Icíar Bollaín, ha sido acusado de terrorismo por mostrar su apoyo a la organización ‘Acción Palestina’, grupo de protesta declarado como organización terrorista en el Reino Unido, según adelantó este lunes el periódico 'The National'.
Fue detenido durante unas horas al portar una camiseta que llevaba el mensaje "Genocidio en Palestina, es hora de actuar", lo que suponía un respaldo a la organización.
El guionista escocés, ganador de la Palma de Oro por sus colaboraciones con el director Ken Loach, deberá comparecer el 18 de septiembre ante el tribunal por ser acusado bajo la legislación antiterrorista. “Me acusan de terrorismo, me acusan de terrorismo porque me opongo a la hambruna, a la ejecución de los que pasan hambre", aseguraba.
Indignado ante la actuación represiva de la policía de Edimburgo, Laverty afirmaba que las fuerzas del orden actúan como si fueran un "tribunal de Mickey Mouse”. “Es bastante surrealista que te tomen las huellas y una muestra a los 68 años, sin haber tenido nunca un problema con la policía en mi vida. Pensé que era muy, muy importante cambiar la narrativa. No se trata de esta camiseta. En realidad, se trata del genocidio” declaraba.
Screenwriter Paul Laverty detained, and released, but charged under anti-terror laws today.
— Ken Loach & Sixteen Films (@KenLoachSixteen) August 25, 2025
Here is his statement on release:
Plz share. Video by @CarreiraLaura pic.twitter.com/di9X2eaJCO
Más allá del expediente penal y del calendario judicial, el fondo político y ético que señala Laverty se basa en la Ley Antiterrorista de 2000 que, aplicada a expresiones de protesta cultural, abre una zona gris que afecta al derecho a disentir. Él mismo pide elevar el foco, asegurando que “lo que hay que hacer es ver el cuadro general. Hay que detener la venta de armas que hoy se usan para causar miseria, hambruna y genocidio. El tribunal de la opinión pública, eso es lo que cuenta”.
Su diagnóstico es severo con el funcionamiento del sistema pues "ahora pueden ver cómo el sistema judicial está sesgado, no a nuestro favor. Pueden ver cómo se ha debilitado a la CIJ (Corte Internacional de Justicia). Pueden ver cómo se ha debilitado a la CPI (Corte Penal Internacional)". Y va más allá, al describir el bloqueo institucional que percibe: "Así que todo el sistema judicial simplemente no funciona, y aunque tenemos la ley de nuestro lado, no podemos implementarla. Por eso creo que tenemos que cambiar la narrativa. Creo que tendremos que recordar que el tribunal más importante del mundo es el tribunal de la opinión pública. La gente común está consternada al ver la hambruna, el genocidio y la venta de armas al estado del apartheid en Israel".
Ese “tribunal” conecta con la reacción de otros nombres de la cultura. En el plano material y simbólico, Sally Rooney ha expresado su compromiso con la “acción directa contra el genocidio de cualquier manera que pueda”. La convergencia entre creadoras y ciudadanía no se limita a consignas e interpela directamente a las estructuras que sostienen el suministro de armas y a los dispositivos que cercan la protesta.