Pew Research Centre, un centro de investigaciones con sede en Washington D.C. ha publicado recientemente un estudio sobre aquellos puntos en los que difieren la Europa del Este y del Oeste en materia de religión. Pero también sobre los diferentes de puntos de vista sobre las minorías y las cuestiones sociales clave.

Este ‘think tank’ brinda información sobre problemas, actitudes y tendencias que definen a los Estados Unidos y al mundo, en general.  En la última investigación que han publicado, han recogido datos sobre áreas tan importantes como polémicas en la sociedad.

Hace tiempo que la Cortina de Hierro que dividía Europa ya no existe, pero parece que aun quedan resquicios de ésta dentro del imaginario de los ciudadanos europeos. Los resultados que Pew Research Centre responden a encuestan realizadas entre 2015 y 2017 y ha reunido alrededor de 56.000 adultos en 34 países de toda Europa.

Identidad religiosa

Las minorías religiosas en Europa van, inevitablemente, ligadas a la concepción de la identidad nacional de cada uno. Probablemente para aquellos que vivieron bajo el antiguo Bloque del Este, el componente religioso es una cuestión importante. Mientras que en Europa Occidental no se percibe la religión como un fundamento clave de la propia identidad nacional.

Haciendo hincapié en la religión, para Francia y Reino Unido ser cristiano no es algo de vital importancia para ser verdaderamente francés o británico. Aunque, como ya hemos comentado antes, no todos los países europeos siguen ese patrón. Por su parte, República Checa, Letonia o Estonia no opinan que la cristiandad sea algo verdaderamente importante.

A raíz de esta cuestión, se planteó la posibilidad de aceptar a una persona musulmana o judía en sus propias familias. En general, los países que se mostraron menos tolerantes con esta idea fueron los localizados en Europa Central o del Este. Entre ellos destacan Armenia, República Checa, Bielorrusia o Lituania. Por el contrario, los países más occidentales, como Países Bajos, Noruega, Dinamarca o Suecia se posicionaban considerablemente mas tolerantes frente a la idea de incluir en su familia a un musulmán o un judío.

Aceptación del matrimonio homosexual

Pero esto no es lo único que marca esta brecha de valores entre los europeos. Otra pregunta que abarcaba el cuestionario hacia referencia directa al matrimonio entre dos personas del mismo sexo. Casi todos los países lo han legalizado ya, pero la opinión pública sobre el matrimonio homosexual es muy distinta entre Europa Central y del Este. Los datos recogidos en relación a esto han recogido que, en Rusia, el 90% de los rusos, se oponen al matrimonio entre dos personas del mismo sexo. Sin embargo, Dinamarca o Suecia están a favor de que las parejas gays o lesbianas tengan la opción de casarse legalmente.

Sorprende que, respecto a estas dos variables planteadas en la encuesta, los jóvenes europeos no se han mostrado más tolerantes que sus mayores. Lo que nos lleva a la conclusión de que las últimas generaciones europeas del Centro y del Este son menos proclives a expresar tolerancia y respeto a la multiculturalidad que los que pertenecen o han crecido en Europa Occidental.

Superioridad cultural

Partiendo de esta base, Pew Research Centre realizó un tercer estudio para averiguar qué países creen que su cultura es superior que la del resto de países europeos. Teniendo en cuenta las conclusiones que presenta la investigación, en la que se recogen niveles notablemente altos sobre identidad nacional, religiosidad o multiculturalidad, las cifras proyectan un resultado sorprendente al hilo de esa “superioridad” cultural.

Eastern Europeans are more likely to regard their culture as superior to others

Destaca que Grecia sea el país, con un 89%, que siente esa superioridad sobre los demás países europeos. Seguido de Georgia y Armenia, con un 85% y un 84%. Por el lado completamente opuesto, España es el país con la autoestima más baja de Europa. Sólo un 20% de los españoles siente que su cultura es superior. Con algo de diferencia se encuentra Bélgica, mostrando que sólo un 23% de sus lugareños flamencos defienden su cultura por encima de las demás.  Por el contrario, sorprende que Portugal recoja un 47% y supere a España.