Desde que comenzó la cruenta respuesta israelí al ataque perpetrado por Hamás el pasado 7 de octubre, las redes sociales de todo el planeta se plagaron de lemas que denuncian la barbarie contra el pueblo palestino. Diversos hashtags como #GazaGenocide, #NotInMyName o #IsraelWarCrimes comenzaron a inundar la red social X (antes conocida como Twitter), un hecho especialmente relevante ya que esta red es en la que más peso tiene el uso para información política e internacional y se ha convertido en uno de los factores que marcan la agenda a los medios de todo el mundo.

Pero las imágenes de bombardeos, destrucción de infraestructuras, personas huyendo de sus casas o heridas entre los escombros, no han traspasado las fronteras únicamente a través de X, pues, dada la fuerza visual de los contenidos, también Instagram y, sobre todo, Tik Tok, se han convertido en escaparate de la crisis humanitaria que se vive en Gaza desde hace meses. Igualmente, en Facebook han ido creándose páginas y grupos de asociaciones que utilizan lemas como el ya mundialmente conocido "Free Palestine", con el fin de defender la causa palestina.

Censura, odio y violencia, las armas digitales de Israel

Diversos activistas e “influencers” han alzado sus voces para denunciar la violencia vivida en Gaza. Un claro ejemplo es Ahmed Eldin, un reconocido periodista estadounidense-kuwaití de ascendencia palestina que ha llegado a asegurar en un artículo en  el medio The New Arab que “Israel ha llevado a cabo una campaña sistemática e intencionada de asesinatos selectivos contra periodistas (y sus familias)” para generar silencio informativo.

Ese silencio denunciado por Eldin no es solo impuesto por la fuerza en el plano terrenal, también ocurre de manera digital. Precisamente, la organización Human Rights Watch ha reivindicado que ha detectado miles de casos de censura de contenidos en defensa de Palestina publicados en Facebook e Instagram en más de 60 países. Resalta, en este sentido, la suspensión de la agencia de noticias palestina Quds News Network en Instagram y en Facebook, donde contaba con casi 10 millones de seguidores. También destaca la suspensión temporal en Instagram de Eye on Palestine en octubre, que entonces sumaba más de seis millones de seguidores. Esta cuenta documenta diariamente los abusos y la violencia contra la población palestina tanto en Cisjordania como en la Franja de Gaza.

Por su parte, la organización árabe de derechos digitales 7amleh, no solo denuncia casos de censura, sino también la importante creación de contenido violento en hebreo en plataformas de redes sociales, siendo actualmente más de 3,5 millones de contenidos violentos contra los palestinos. Asimismo, 7amleh ha advertido cómo el discurso de odio contra los palestinos ha aumentado en las redes sociales de los israelíes, un hecho que se traduce en más violencia en la realidad, según la organización. Portavoces de esta misma ONG han asegurado que el odio propagado en redes sociales israelíes no se dirige contra un colectivo concreto, como Hamás o los milicianos, sino contra todos los palestinos, incluidos los árabes dentro de Israel, que representan el 20% de la población del Estado hebreo.

Algunos de los casos más viralizados son los de los propios soldados israelíes, que en múltiples ocasiones han compartido vídeos e imágenes en los que se muestran celebrando la guerra o  humillando a civiles, expandiendo una profunda deshumanización de la población palestina. Dados estos contenidos, no sorprende el pensamiento instaurado en algunos integrantes de las fuerzas israelíes que aseguran que “en Gaza no hay inocentes”; o algunas de las tendencias en redes que se trasladan a la población civil israelí, como el trend de Tik Tok en el que influencers israelíes se mofaban de las víctimas palestinas.

Muchos de los vídeos viralizados también hacen gala de la falta de sensibilidad por parte de soldados israelíes a la hora de destruir propiedad civil en Gaza. Es más, el periódico New York Times ha llegado a rastrear más de 50 videos de las unidades israelíes de combate militar, que muestran el uso de topadoras, excavadoras y explosivos para destruir lo que parecen ser casas, escuelas y otros edificios civiles. Tras este análisis varios expertos en derechos humanos han señalado que los estándares internacionales de guerra requieren una clara necesidad militar de destruir propiedad civil.

El impacto de las redes en la conciencia colectiva

En los últimos años se han producido varios ejemplos de campañas virales que han impactado en la conciencia colectiva. Este fue el caso del vídeo de George Floyd, el afroestadounidense grabado Mineápolis suplicando al policía Derek Chauvin que quitase la rodilla de su cuello durante nueve minutos. El vídeo en el que se podía ver cómo Floyd dejaba de respirar escaló por todas las redes sociales hasta desencadenar en el #BlackLivesMatter: un movimiento que estalló en Estados Unidos pero rápido se contagió al resto del mundo y por el que miles de personas se manifestaron en contra de la brutalidad policial y la injusticia racial.

Otro de los ejemplos más paradigmáticos fue la detención y muerte de la joven kurda Masha Amini en Irán, arrestada por la policía “de la moral” iraní por llevar mal puesto el velo. Este suceso se hizo público en las redes sociales y fue recogido por los medios iraníes al día siguiente, desembocando en protestas por todo el país. La resistencia originada contra el régimen en Irán se ha caracterizado por ser más joven e internacional que nunca, pues la generación Z ha liderado las protestas y las personas exiliadas han mostrado su apoyo mediante las redes sociales. A pesar de los bloqueos del régimen a Internet, millones de imágenes de manifestaciones de personas sin miedo del régimen fueron compartidas, mientras el hashtag #مهسا_امینی (Mahsa Amini) se usó millones de veces en Instagram.

Ahora, la violencia contra los palestinos está teniendo una repercusión global nunca antes vista, en parte por la viralización y a la accesibilidad a los hechos, llegando a tener consecuencias a nivel político y diplomático. Sin ir más lejos, a finales de marzo se ha producido la abstención de Estados Unidos en la aprobación de la primera resolución de alto el fuego en Gaza en el Consejo de Seguridad de la ONU desde que empezó la guerra hace casi seis meses.

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