Seis días después de la última vez apareciera en público, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se ha dirigido este lunes a la nación para analizar la situación en Afganistán.

Lejos de hacer autocrítica como pedían muchas voces en EEUU, el mandatario ha asegurado que EEUU nunca pretendió construir un Estado democrático en Afganistán, sino vencer a Al Qaeda por el ataque del 11-S. "Fuimos a Afganistán con un objetivo claro: que los que nos atacaron el 11-S fueran sentados ante la Justicia y acabar con Al Qaeda. Y lo conseguimos. Lo que nosotros hicimos fue evitar un ataque terrorista en suelo estadounidense", decía con un semblante serio.

"Hemos realizado misiones contra terroristas en varios países y si es necesario lo haríamos también en Afganistán", explicaba recordando que Trump fue el que tomó la decisión: "Seguimos estando ahí, teníamos los riesgos claros".

"Los políticos afganos se han rendido, han huido (...). Nuestras tropas no pueden, ni deben luchar y morir en una guerra que las fuerzas afganas no están dispuestas a luchar", ha defendido Biden ante los medios tras el colapso definitivo de Afganistán.

Biden ha vuelto a recordar los millones de dólares que Estados Unidos ha destinado a esta guerra y ha enumerado los esfuerzos económicos que se ha realizado para capacitar, formar y mantener a las fuerzas de seguridad afganas a la vez que ha lamentado que lo único que no están en condiciones de facilitarles son "las ganas de luchar por su país".

En este sentido, Biden ha explicado que Estados Unidos "ha facilitado fuerza militar al Gobierno afgano" simmilar a la de "varios aliados de la OTAN", pero no le puede facilitar "las ganas de luchar" frente a los talibanes.