Las autoridades del norte de Alemania han vuelto a citar a parte de su población para vacunarse para recibir una nueva dosis contra la Covid-19, ya que miles de personas fueron víctimas de que una enfermera de la Cruz Roja les inyectase una solución salina, según ha descubierto una investigación policial.

La enfermera pudo inyectar hasta a 8.600 personas una fórmula de agua con sal en sus brazos, donde debería haber inyectado el fármaco contra la pandemia, en un centro de vacunación de Frisia, un distrito localizado en el Mar del Norte, durante esta primavera. "Estoy totalmente conmocionado por este episodio", ha asegurado Sven Ambrosy, un concejal local, por medio de sus redes sociales.

Aunque la solución salina carece de peligro para el paciente, los afectados han sido en su gran mayoría personas mayores con altos riesgos de infectarse del virus y provocar una reacción mortal, aunque las fuentes policiales del caso apuntan que había "una sospecha razonable de peligro".

La enfermera sostiene que el incidente se debe a un "hecho puntual"

La identidad de la autora del incidente aún es desconocida, pero sí que habría manifestado opiniones dudosas acerca de la vacuna por varios mensajes publicados en sus redes sociales, según señala la investigación policial. Según la emisora NDR, la sospechosa aún no ha sido detenida porque el caso aún sigue estudiándose por una unidad especial. La motivación de la enfermera, de quien se desconoce la identidad, no se ha esclarecido aún, pero había expresado opiniones escépticas sobre las vacunas en sus publicaciones de las redes sociales, han explicado los investigadores de la policía.

A través de su representante legal, la sanitaria alemana ha negado dichas acusaciones alegando que el incidente se trató de un "hecho puntual". "Es incorrecto que debido al comportamiento de nuestra cliente se suministraran en algún momento dosis de la vacuna que sólo consistieran en cloruro de sodio", sostenía el abogado Christoph Klatt en declaraciones a la prensa.

No obstante, sí que ha aclarado que su cliente intentó compensar con restos de otras dosis parte de la vacuna derramada por la rotura accidental de un frasco. Del mismo modo, el letrado insiste en que la enfermera "no actuó por motivación política ni administró sólo solución salina a las personas que se querían vacunar".