El 18 de febrero será un día para olvidar para Sumar, que al contrario que sus siglas, ha restado las opciones de la izquierda para consumar el vuelco electoral. Ni la figura de la vicepresidenta segunda del Gobierno ni la promoción de su candidata, Marta Lois, al frente de la portavocía en el Congreso le han valido para que su plataforma colara al menos un diputado en el Parlamento autonómico. El bloque que antaño se le bautizó como las Mareas, continúan fuera. Podemos, tras proclamar la independencia de Sumar y presentarse a los comicios, queda por detrás de PACMA con menos de un 1% de los sufragios.

Sentimiento de decepción en el hotel Peregrino de Santiago de Compostela, donde Sumar ha montado el puesto de mando avanzado para seguir el escrutinio de las elecciones gallegas. Las primeras reacciones de los magentas no auguraban una noche positiva; su portavoz, Paulo Carlos López, aseguraba que se daban por satisfechos con un “cambio político” en la región que desalojara al Partido Popular de la Xunta tras quince años de mayoría absolutas. Nada más lejos de la realidad. Alfonso Rueda garantiza otros cuatro años de poder en el feudo de los conservadores.

Sumar no cumple ni siquiera con sus propias proyecciones. Galicia ha dado la espalda a Yolanda Díaz, incapaz de superar a Vox en el recuento de sufragios. Los magentas, que de algún modo promocionaron -en la medida de lo posible- a su portavoz en el Congreso, Marta Lois, se quedan fuera del Parlamento gallego. Las proyecciones internas auguraban al menos uno o dos sillones, pero la realidad ha golpeado con dureza a la plataforma que encabeza la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo.

Marta Lois encabezaba una candidatura que ha sido incapaz de arraigar en Galicia, consumando el primer gran fracaso de los magentas, que apenas han conseguido arañar el 2% de los sufragios. Su concurso en las elecciones gallegas, su primera aventura autonómica tras desarticular Unidas Podemos, acaba en rotundo fracaso al no conseguir siquiera quedar por delante de Vox. De hecho, Sumar se queda a una distancia de algo menos que 5.000 votos de los ultraderechistas, quienes también certifican un nuevo naufragio en las costas gallegas.

La alta participación insuflaba algo de aire a los magentas, tal y como certificaba su portavoz a primera hora de la tarde, pero el resultado ha despertado del sueño a toda la cúpula del partido. La líder, Yolanda Díaz, ha evitado la foto de esta noche y ha regresado a Madrid pese a volcarse en el rush finale de la campaña electoral. Quién sí aparecerá en una estampa para el olvido será la candidata y ex portavoz parlamentaria de Sumar y su sucesor, Íñigo Errejón, junto al jefe de gabinete de la vicepresidenta segunda, Josep Vendrell.

“Malos, sin paliativos”

Al filo de las 22:30 horas, la candidata de Sumar ha desfilado ante los medios de comunicación para valorar unos resultados que ha calificado como “malos”. “Sin paliativos”, ha matizado a continuación una Marta Lois visiblemente decepcionada con el escrutinio. Recibida con el aplauso de los suyos, la exportavoz de Sumar en Congreso ha felicitado al candidato del Partido Popular, Alfonso Rueda, tras revalidar la mayoría absoluta en un debut autonómico de los magentas muy por debajo de las aspiraciones de Díaz.

Son unos malos resultados, hay que reconocerlo, sin paliativos”, ha asegurado la candidata de Sumar y exportavoz parlamentaria. Lois ha admitido que “no eran los esperados” y achaca el escaso arraigo de Sumar en Galicia al “poco tiempo” que ha pasado desde su constitución, a finales del pasado a hasta este fatídico 18 de febrero.

Varapalo antes de la primera asamblea

El dramático resultado llega en el peor momento posible para los magentas, un mes antes de la primera asamblea de Sumar, que se celebrará el próximo 23 de marzo, para continuar con su tarea de consolidar un frente amplio con la sociedad civil en alianza con la formación progresista. En esta atmósfera, además, deberán preparar las próximas elecciones vascas, que aún no tienen fecha y en las que también se replica la factura con Podemos. De hecho, en la plataforma manejan encuestas que también indican un retroceso de escaños del espacio mientras Bildu continúe con su potencia.

Los comicios gallegos dejan como uno de los retos para el futuro del partido afrontar el crecimiento de la izquierda independentista. La estrategia de diferenciación con BNG y PSOE, una narrativa orientada a la expansión hacia Sumar del voto en A Coruña y Pontevedra para arañar escaños al PP y el desembarco de Díaz, han sido incapaces de levantar sus opciones en unas elecciones marcadas por el impulso del BNG y su reubicación como voto útil del electorado de izquierdas.

La irrupción de los magentas como principal fuerza a la izquierda del PSOE tras el 23J, clave para la reedición del Gobierno de coalición, adolece de uno de los problemas que lastraba a Podemos desde 2019 y es que un buen rendimiento en el cómputo total del territorio nacional no garantiza éxitos en clave regional o municipal.

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