Pablo Casado acusó el lunes al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de querer pactar con “manos manchadas de sangre” con tal de mantenerse en La Moncloa. Una frase que no ha gustado nada al grueso de la sociedad española, como por ejemplo a Iñaki Gabilondo, que ha cargado contra el dirigente genovés y le ha calificado como “bocazas” y no le considera un “estadista”.

“Prefiere las manos manchadas de sangre a las manchadas de blanco. Manos pintadas de amarillo que manos abiertas a todos los españoles”, sentenciaba Casado en referencia a los acuerdos del actual Ejecutivo socialista con fuerzas independentistas catalanes y vascas. Echa en cara a Sánchez que necesite el apoyo de “aquellos separatistas que han dado un golpe” y de “aquellos proetarras que han ejercido el terrorismo” para gobernar.

En su habitual videoblog de la Cadena SER, Iñaki Gabilondo ha criticado duramente a Pablo Casado por esta declaración extremadamente dura. “Yo no olvido que Casado puede ser presidente del Gobierno en tres semanas”, señala el periodista quien, a su vez, advierte de las lecciones del maestro de Casado, José María Aznar.

“Ha aprendido a ir a La Moncloa en línea recta”, al igual que hizo “su mentor”. Además, Casado no se ha parado ante “ningún semáforo en rojo”, como la lucha antiterrorista. “Aznar lo olvidó y por eso tuvimos tantos problemas de desunión” pese a que se creían “superados”. “Ha regresado el desprejuiciado discípulo volviendo a las andadas”, señala.

Gabilondo considera que la frase vomitada por Pablo Casado fue un ataque “muy sucio”. Unas declaraciones propias de alguien que “está más preocupado por Vox”. Lamenta que el líder del PP no sea capaz de mostrar su lado de “estadista”, una cualidad requerida para este momento de la campaña.

“Los asesores deberían enseñarles a mostrar dignidad por el cargo al que aspiran”, destaca. Gabilondo sentencia que si quieren decir “idioteces”, que se las encarguen a algún “subalterno siempre dispuesto” a quemarse. “No lo están haciendo”, continúa el periodista, puesto que la prueba de ello es que “Casado nos parece un bocazas y fanfarrón al que se nos hace fácil imaginar como delegado de clase o abanderado de una tuna” que como estadista.