Veinticuatro días separan de las elecciones municipales y autonómicas del próximo 28 de mayo. Una cita con las urnas en la que Alberto Núñez Feijóo se juega mucho y que es vista en Génova como una pseudo primera vuelta de lo que serán las elecciones generales del próximo mes de diciembre. Por ello, el líder de la oposición ha querido reunir a sus senadores y diputados en el Congreso. Aprovechando la convocatoria en la Cámara Baja con motivo del discurso del presidente de Colombia, Gustavo Petro, el líder popular citó a los suyos para hablarles del mapa que manejan en la última planta de Génova ante los comicios. Una hora y media en la que que Feijóo hizo un análisis de la situación y en la que no intervino nadie más.

A lo largo de la alocución, Feijóo trató de transmitir a sus diputados y senadores lo fundamental de movilizar el voto para el 28 de mayo. Por ello, pidió a los 192 presentes que se pusieran a disposición de las candidaturas más próximas como está haciendo él recorriendo España. Con sus sondeos internos el PP llega tranquilo, pero cauto a mayo. Se ven ganadores en Madrid, Valencia, Baleares, La Rioja, Aragón y Cantabria. Sin embargo, solo se garantiza que gobernarán en Madrid, donde Ayuso roza la absoluta y sumará, de nuevo, más que toda la izquierda junta.

En el escenario más malo se encuentran Castilla-La Mancha, Extremadura y Asturias, en las que, pese a no ser primera fuerza, hay opciones de desbancar al PSOE gracias a Vox. Nunca mencionó pactos ni el partido con el que hay que sumar. Sin embargo, el "no vale con ganar, hay que gobernar” dejó todo claro sobre el papel que tendrá Vox a partir del 29 de mayo.

Tampoco Vox es la opción favorita de Feijóo. Intentarán buscar cualquier otra opción antes que repetir un gobierno como el de Castilla y León. Más salidas de tono como las de García Gallardo y los suyos serían una bocanada de aire fresco en Moncloa a escasos meses de las generales. Santiago Abascal como vicepresidente del Ejecutivo si el PP gana las elecciones desbanca la imagen moderada de Feijóo y con ella la estrategia de crecer por el centro.

Pese a todo, en Génova siguen diciendo que será cada territorio el que busque cómo obtener el poder en función del resultado. La supervisión de la sede nacional del PP quedó atrás con Pablo Casado y Teodoro García Egea y será el candidato o candidata la que asuma el pacto con la ultraderecha. No obstante, esperan que los de Abascal rebajen el tono y sean socios y oposición al no entrar a formar parte de las diferentes administraciones.

La mirada puesta en las elecciones generales de diciembre

Las autonómicas y municipales, en las que el PP espera tener más votos en conjunto que el PSOE, se ven como una primera vuelta de las elecciones generales de diciembre. El cambio de ciclo que reflejan las encuestas tendría como primera cita el 28 de mayo. En encuestas internas, Feijóo se acomoda entre los 137 diputados, pero su futuro está hipotecado al de Abascal. Si Vox no baja del 14% creen que será imposible llegar a la “mayoría suficiente” a la que apela el expresidente José María Aznar y gobernar en solitario. Sobre un gobierno monocolor Feijóo es optimista y asegura que ningún presidente ha despertado tanta “animadversión” en la calle como Sánchez. 

Al margen de las elecciones, el líder del PP quiso hablar de sus últimas polémicas. A puerta cerrada quiso hablar de su libertad para reunirse con los fiscales o con quien considere. Consciente de que la Moncloa ha hecho bandera de este asunto para situarlo como un conspirador, explicó que él no es dueño de lo que digan los fiscales que le invitaron y les anunció que después de las elecciones de finales de este mes explicará qué significa “derogar el sanchismo”.​ Arrancará su campaña electoral.​​​​​​