Desde la Comunidad de Madrid se ha insistido en la idea de Barajas como la puerta de entrada del coronavirus​ a la región como una forma de justificar creciente incidencia de la pandemia desde la finalización del Estado de Alarma.

Tanto del sector del PP, liderado por la presidenta Isabel Díaz Ayuso, como por el lado de Ciudadanos, con el vicepresidente Ignacio Aguado a la cabeza, se ha tachado de "coladero" repetidamente al aeropuerto madrileño, curiosamente competencia del Gobierno Central. 

La excusa ha sido completamente desmontada por el doctor David Andina, que difundía los datos de las 14.814 personas con coronavirus detectadas desde el uno de agosto en Madrid, de las que solo ocho habían llegado a través del aeropuerto de Barajas. "Suponen el 0,05% de los casos. O lo que es lo mismo 1 de cada 2.000 casos", añadía. 

No ha sido la única ocasión en la que hemos visto a estos dirigentes echar balones fuera sobre la gestión de la crisis por parte de la Administración madrileña, como cuando Ayuso se quejaba de un lote de mascarillas defectuosas supuestamente proporcionadas desde el Gobierno central y del que, finalmente, se supo que había sido ella la encargada de comprarlas.

La popular evita asumir la responsabilidad de que su región haya sido la más golpeada durante la primera ola y, ahora, tras varios meses de calma en los que se hubiese podido actuar, Madrid vuelve a acumular un porcentaje de contagios mucho más elevado que cualquier país de Europa. En concreto, la incidencia acumulada en la Comunidad del 3 al 16 de agosto es de 216,0 por cada 100.000 habitantes. Una cifra que casi dobla la media nacional de 132 casos por 100.000 habitantes y que resulta completamente astronómica en comparación con Luxemburgo, segundo país europeo con mayor incidencia y una tasa de 98,6. 

Madrid sufre ya una propagación descontrolada del virus, a pesar de las numerosas peticiones y quejas de los profesionales sanitarios durante los últimos meses y que han caído en saco roto. El Gobierno de Ayuso ha hecho oídos sordos a las solicitudes para reabrir y dotar de recursos a la atención primaria, primer contacto con el sistema de salud para la mayoría de contagiados sintomáticos. Pero el aumento descontrolado de casos no termina con el inmovilismo del Gobierno regional que, a dos semanas del inicio del curso, continúa sin una estrategia para limitar el coronavirus en las aulas