La investidura de Pedro Sánchez no prosperó. Las negociaciones entre PSOE y Podemos fracasaron y no obtuvieron fruto alguno. Y ninguno es ninguno. El único voto positivo que Sánchez cosechó además de los de su bancada fue el del diputado del PRC, José María Mazón. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) se decantó por la abstención. Gratis. El pasado martes votó ‘no’ y el jueves supeditaba su apoyo a la rúbrica de un acuerdo entre morados y socialistas. No hubo pacto y, sin embargo, los republicanos catalanes cambiaron el sentido de su voto y optaron por la ‘abstención’. Fueron muchos los esfuerzos de la formación comandada por Rufián por propiciar la investidura, un gesto de responsabilidad y generosidad que podría no repetirse.

El presidente del Gobierno en funciones aseguró en la noche del jueves durante una entrevista en TeleCinco que “no tiro la toalla” y que explorará “otros caminos”, por lo que llamará a Partido Popular, Ciudadanos y Unidas Podemos. Hasta ahora, los de Pablo Iglesias eran sus socios preferentes, una vía que requería de la abstención de ERC. Sin embargo, esta ruta hacia la Moncloa podría complicarse, puesto que los independentistas subirán el precio de su voto porque el coste en septiembre sube también para ellos.

Está previsto que la sentencia del procés se conozca en septiembre, por lo que los decibelios y las soflamas pronunciadas con las entrañas aumentarán. El propio Gabriel Rufián advirtió desde la tribuna este jueves que la abstención era un gesto de “enorme responsabilidad y generosidad”. “¿Creen que también lo podemos hacer en septiembre? Septiembre nos complica la vida a todos”, espetó.

Según ha podido saber ElPlural.com, ERC sufrió presiones y reticencias tanto internas como externar por parte del independentismo por el empeño de Rufián, quien incluso medió entre Iglesias y Sánchez la noche anterior a la segunda votación. “Nos están atizando en Cataluña”, admitió una de las fuentes consultadas. La misma tónica en las redes sociales, donde numerosos usuarios con lazo amarillo en su nickname vertieron todo tipo de vituperios contra el papel del portavoz parlamentario.