Parece ser que la culpa es de los jóvenes, que tienen que destinar la mitad de su sueldo -siendo generosos por lo bajo- para pagar el alquiler, que tienen que gastar en la cesta de la compra más del doble de lo que gastaban hace dos años, o que tienen que soportar sueldos acordes con su carácter ‘junior’ haciendo el mismo trabajo que un ‘senior’.

Los jóvenes llevan encadenando crisis que siguen marcando su futuro y convierte a los millenials en la primera generación que vive peor que sus padres. Los trabajos precarios, la excesiva movilidad laboral, los sueldos insuficientes para el precio de vida, las viviendas a un precio imposible y la tasa de desempleo juvenil que sigue siendo la más alta de Europa son los escenarios que se le presentan a la juventud hoy en día.

Independizarse, sí, pero en qué formas. Pagar a precio de oro algo más parecido a un zulo, o pagar la mitad del sueldo prácticamente por una habitación en un piso compartido, de mínimo tres o cuatro compañeros. ¿Merece la pena vivir en ciudades como Madrid o Barcelona por unas supuestas posibilidades mayores de trabajo, pero por un coste de vida que te hace llegar en números rojos a final de mes?

¿Se le puede quitar la ilusión a un joven de 18 años que llega a Madrid motivado a estudiar la carrera que toda la vida ha soñado y tras pasar las reglamentarias prácticas curriculares y las extracurriculares, los contratos en prácticas y, ya por fin, llegar al contrato indefinido, aunque sigue viendo como el sueldo no le da para vivir? Sí, evidentemente sí, y no es que no quiera trabajar -como llegó a asegurar la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, la semana pasada-.

Hay jóvenes muy motivados, que han dado todo de sí para quedarse en una empresa a la que llegaron de prácticas o ya con un contrato fijo, que lo siguen dando y que les gusta vivir en Madrid. Pero pese a ello, que les gusta su trabajo y les gusta la ciudad en la que viven, ven que el sueldo que reciben es insuficiente, que no se corresponde con sus cargos o puesto de trabajo, ven que cada vez les cuesta más ahorrar una ínfima cantidad al mes, ven que la cesta de la compra que antes llenaban con 20 euros a la semana ahora les cuesta mínimo 40, y mirando con ojo y contando al milímetro la carne y el pescado fresco que consumen, ya que ello podría subir todavía más el coste de la compra.

¿Qué podría pensar un joven en esta situación? ¿Volver al pueblo que le vio nacer y donde podría tener una vida de calidad, con vistas al campo, una huerta para cultivar sus propios productos y un monte por el que dar paseos alejados del ruido y bullicio de la ciudad? No, es una opción para algunos que les gusta esa vida, pero no para la mayoría, que verían esto como un fracaso y una frustración.

¿Volver quizás a la ciudad de provincias que dejó antes de moverse para ir a la universidad en la capital? Podría ser, pero volvemos a lo mismo, porque por qué nadie se preocupa de hacer accesible cualquier ciudad, por muy capital o ciudad condal sea, de que sea posible acceder a una vivienda digna. De que si sube la vida, suba el sueldo al mismo nivel, si no es posible más.

Ayuso y su hay gente que “prefiere no trabajar”

Fue el pasado 16 de enero cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid aseguró que creía que, en las actuales circunstancias, hay gente que “prefiere no trabajar” porque, según su reflexión, “es casi más rentable muchas veces no hacerlo que hacerlo”.

En concreto, Díaz Ayuso se refería al informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, que apunta a los graves problemas de la juventud para conseguir emanciparse.

Pese a esto y a los datos que demuestran que la vida cada vez se hace más complicada para las clases medias en la capital, la lideresa madrileña del PP sigue rechazando establecer límites a los alquileres, como ya ha anunciado que hará Cataluña. Y no lo hace porque entiende que es “un problema que tenemos en todo el país” y que muchas de las leyes que ha puesto en marcha el Gobierno “han tensionado los precios en todas partes”.

El sueldo, insuficiente para pagar el alquiler en solitario

El informe del observatorio de emancipación del Consejo de la Juventud de España, que ha analizado la situación de los jóvenes españoles de entre 16 y 34 años, refleja que solo el 16% de la juventud en España está emancipada, siendo Madrid la cuarta comunidad autónoma en 2023 con mayor emancipación residencial de los jóvenes.

Pero, aunque parecen buenos datos para la comunidad capitaneada por Ayuso, no lo son. No lo son porque si te emancipas en esta comunidad es con la ayuda de los padres o en pisos compartidos. El precio medio del alquiler subió un 9,2%, y el de las habitaciones un 6%, mientras que el salario medio en Madrid solo creció un 4,3%. El precio de los alquileres se ha disparado y ha subido mucho más que los salarios, cuya media en 12 pagas se sitúa en 1.005,22 euros netos mensuales. Por su parte, el precio medio del alquiler se alza hasta los 944 euros mensuales.

Por eso, alquilar una vivienda en solitario en Madrid por una persona joven se llevaría prácticamente la totalidad del sueldo. En el caso de las habitaciones, el esfuerzo de pagar la renta supondría casi el 36% del sueldo. A ambas hay que sumar el gasto medio de los suministros de una vivienda.

Visto con perspectiva, los 944 euros al mes de media que paga un joven por alquilar una vivienda es el precio más alto desde que hay registros. Supone el encarecimiento del 9,3% respecto a hace un año, pero del 70% respecto al precio que tenían las viviendas en alquiler hace diez años.