Cuando el coronavirus azotaba con mucha fuerza a la sociedad durante los meses de confinamiento, el verano entonces quedaba muy lejos. Visualizar el momento de plantar la sombrilla en la playa era complicado. Y más en un momento, en el que las cifras de contagios y muertos por la COVID-19 eran abrumadoras cada día. Este nuevo virus dejó claro desde el primer instante que la forma de vivir y de relacionarse ya no serían las mismas -al menos por un tiempo-. Y por supuesto, tampoco la de desconectar y el disfrute de las vacaciones. Se avecinaba un verano atípico y así está siendo.

No obstante, el fin del estado de alarma y la tregua que dio el coronavirus durante el mes de junio,  hizo que, de alguna manera la ciudadanía borrara de su mente todo lo anteriormente vivido. Esto, junto a la posibilidad de ir a las playas, terrazas y discotecas -con todas las nuevas medidas de prevención- generaron una falsa sensación de fin de la pandemia. Pero nada más lejos de la realidad. Con la llegada de julio, el coronavirus ha vuelto a recordar que le queda cuerda para rato.

Los brotes no se han hecho esperar y ya han hecho acto de presencia. En España, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, hay más de 200 brotes activos que afectan a más de 2.000 personas. La mayoría de ellos han sido detectados en reuniones familiares y en zonas de ocio nocturno. Este último ha sido el caso de Gandía, donde la semana pasada saltaron las alarmas cuando se detectó un brote que por ahora, ya ha dejado a más de 100 positivos. Gran parte de los infectados tienen origen en una zona de ocio nocturno. Se trata del brote más importante de toda la Comunidad Valenciana hasta el momento.

El debate de la reapertura del ocio nocturno

ElPlural.com se ha puesto en contacto con uno de los Djs que estuvo pinchando en uno de los pubs donde se generó el brote. Por cuestiones de seguridad, se mantiene el anonimato de este testimonio. Según cuenta, desde que se dio a conocer el brote ha estado recibiendo algunas acusaciones contra su persona asegurando que él ha sido uno de los propagadores del virus. Sin embargo, explica que el fin de semana del brote fue a trabajar sin ningún tipo de síntomas. Además, resalta que los Djs apenas tienen contacto con las personas que acuden a los pubs. Tras practicarle la prueba diagnóstica PCR dio positivo asintomático. Aun así, asegura que ninguna de las personas de su entorno familiar ha dado positivo y tampoco se han dado casos en otro pub donde también suele pinchar.

Ahora, con el cierre del ocio nocturno, decretado por la Conselleria de Sanitat hasta el 1 de agosto, este Dj se ha quedado sin una parte importante de sus ingresos económicos. Duke Abengozar también se ve afectado por esta nueva decisión. Él es director del festival Pirata Rock, socio en un chiringuito y de un alojamiento de camping rural en Gandía. Considera que es una medida “desmedida” y que la solución de los brotes no pasa por cerrar “el ocio nocturno”. “Los datos muestran que solo un 10% de los brotes se dan en el ocio nocturno y es el que se ha cerrado. ¿Qué pasa con el 90% restante? Si la gente no puede salir de noche, harán reuniones en chales y sus casas. Y allí, es donde seguro no se toman medidas de prevención como tomar la temperatura o mantener la distancia social”, critica.

El concejal de Turismo del Ayuntamiento de Gandía, Vicent Mascarell, no obstante, sostiene que la medida del cierre nocturno era la “correcta” aunque espera que se pueda “matizar en los próximos 15 días”. Mascarell además hace hincapié en que Gandía va mucho más allá de su oferta de ocio nocturno. “Nuestra oferta de ocio nocturno es muy importante para nuestra ciudad. Pero,  el ocio no solo se ciñe a la noche. Afortunadamente la marca Gandía Shore la dejamos atrás. También hay ocio gastronómico, cultural, deportivo… Es decir, tenemos muchos más atractivos”, indica el responsable de Turismo.

Consecuencias turísticas

Gandía es uno de los destinos españoles con más rentabilidad según un estudio de la Asociación Empresarial Hotelera y Turística de la Comunidad Valenciana (Hosbec). Es, sin duda, clave para la economía valenciana y en definitiva para la española. Sin embargo, si la pandemia ya había frustrado las previsiones para este verano, el brote de la semana pasada originado en esta playa valenciana, puede suponer otro revés para el turismo de cara a agosto.

Pese a este nuevo escenario, Mascarell recuerda que gran parte del turismo de esta playa valenciana es residencial. “En Gandía tenemos 20.000 apartamentos y el 80% de nuestros visitantes son nacionales, esto nos da esperanzas a que nuestro destino turístico pueda aguantar”, explica Mascarell quien además subraya que las características de la playa de Gandía facilitan estar allí ante la pandemia porque “es grande y tiene mucho espacio”.

Aun así, Mascarell reconoce que le preocupa que la marca de Gandía quede afectada por este último brote y más después de haber tenido en los últimos meses buenas cifras: “La preocupación es evidente por salud pública. Gandía en los últimos meses ha sido una de las poblaciones con menos índice de afectados por coronavirus. Afrontábamos la temporada muy esperanzados por las características de nuestra playa. Fuimos uno de los primeros en abrir la playa. Teníamos confianza porque habíamos hecho bien las cosas”.

El turismo rural ha sido uno de los pocos beneficiados de esta situación. Tal y como explica, Abengozar las reservas en el cámping Kampea en Gandía, donde es socio, durante este mes de julio han estado llenas puesto que la gente este verano “prefiere más que nunca el campo y estar al aire libre”. No lo tendrá tan fácil el sector hotelero que ya está registrando cifras de ocupación bajas respecto al verano anterior.  “La ocupación hotelera respecto al año pasado es bastante baja. Por estas fechas estaríamos en un 80 o 90% de ocupación, y estamos entre un 30% y 40% en la Comunidad Valenciana. Aun así, nuestra previsión era más baja”, explica Alberto Galloso responsable de Hosbec Valencia.

Por otro lado, Galloso reconoce que, en el momento en que un destino aparece vinculado al coronavirus las reservas se cancelan. “El turista que tenemos este año es nacional y de última hora. En Gandía de momento no tenemos constancia de cancelaciones significativas, pero desde luego que si el brote sigue así, la situación no será buena”, añade. Además, Galloso indica que la situación para la mayoría de los hoteles de la Comunidad Valenciana es compleja. De hecho, señala que un 20% de los hoteles de Valencia ciudad no han abierto puesto que su principal cliente es el turista internacional el cual está siendo “residual”. “No estamos en una buena situación hotelera. Muchos están en ERTES y los que han abierto lo hacen con menos personal que en otros veranos donde se disparaba la oferta laboral”, lamenta.

La incertidumbre del turista de este año ante la pandemia de la COVID-19 cuando reservan un hotel es evidente. De hecho, desde el Hotel RH Bayren de Gandía cuentan que suelen recibir llamadas de las personas que han reservado antes de acudir. “Quieren saber cómo están la situación por aquí y preguntarnos como va todo”, afirman. Esta misma semana han tenido ocho cancelaciones y para el fin de semana cuatro. No son muchas, como indican, pero en una temporada estival sin pandemia sería impensable.