Fue a primeros de enero de 2020 cuando el pleno del Congreso de los Diputados eligió a Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno y desde el mismo día de su proclamación la derecha política y mediática ha pretendido que la inestabilidad política instalada en nuestro país, desde 2015, continuara durante esta legislatura valiéndose para ello de todo tipo de deslealtades institucionales, teatros mediáticos e irresponsabilidades parlamentarias.

De nada les ha servido. Más bien al contrario. España tiene hoy un Gobierno sólido con gran respaldo parlamentario que da al país una estabilidad política como ya no recordábamos y que ha permitido sacar dos presupuestos y decenas de leyes en las Cortes Generales. Como ejemplo, sólo este año en el Congreso se han tramitado 51 leyes, entres leyes ordinarías, leyes orgánicas y convalidación de Reales-Decretos Leyes, lo que da muestra de dos cosas: de la capacidad de diálogo tanto del Gobierno como de los grupos parlamentarios que lo sustentan y de tener un programa de gobierno claro, nítido de múltiples y profundos cambios económicos y sociales que  refleja la mayoría social progresista de las urnas de nuestro país.

No sólo han sido los Presupuestos aprobados tanto en 2021 y en 2022, que ya de por sí marcan el destino de millones de vidas de ciudadanos, sino leyes importantes como la Ley de educación, la Ley de eutanasia, la Ley de protección a la infancia, la Ley de lucha contra el cambio climático y la transición energética, la Ley del trabajo a distancia o Ley para los riders, o la reforma de las pensiones, un conjunto de normas que a partir de su entrada en vigor cambian un modelo social, dan derechos y seguridad a los los ciudadanos y generan confianza en el presente y en el futuro de nuestro país.

El hecho de que se hayan podido aprobar tantas leyes en este primer período de la legislatura constata el momento de estabilidad política que vivimos. Además, con ello también se evidencia que, desde la victoria electoral del PSOE en 2019, la mayoría de las fuerzas políticas españolas han entendido que es mejor la política útil, la del acuerdo entre fuerzas políticas diferentes que recupere la senda de la normalidad de llegar a acuerdos y de generar convivencia. La estabilidad política ha venido para quedarse, como poco dos años más, que es lo que queda de legislatura; una etapa que a la hiperventilada derecha patria se le va a hacer muy larga.

La estabilidad política que vive nuestro país se coteja también con los datos económicos que dejan ver como crece el PIB, como disminuye el paro, como crecen las afiliaciones a la Seguridad Social como nunca en la historia, como se incrementan las exportaciones y el consumo. En definitiva, una fase de recuperación económica que poco a poco va llegando a todos los rincones de nuestro país, y que a pesar de que hay sectores y colectivos que todavía no han alcanzado su punto de equilibrio y bienestar y a los que el gobierno atiende para poner medidas que permitan solventar los problemas  denunciados. La realidad es que la estabilidad política y la estabilidad económica forman parte ya de nuestro ambiente a pesar del intento de la tenaza de PP y Vox que solo se han quedado para enfangar la vida pública, grafiteando la pared de estabilidad que cubre el contorno de nuestro país desde que Pedro Sánchez fue elegido Presidente por una mayoría de españoles.