La violencia en el fútbol, lejos de caer en el olvido, está en boga en los últimos meses. Los grupos ultra toman el protagonismo. Es la ‘cara b’ del balompié. Colectivos que han perjudicado a los clubes y al propio deporte durante décadas, hasta el punto de convertirse en los ‘dueños’ de los equipos a base de amenazas y extorsiones

En España, se han vivido incontables confrontaciones entre radicales, como por ejemplo la que acabó con la vida del miembro de los ‘Riazor Blues’ Javier Romero Taboada, alias ‘Jimmy’, en noviembre de 2014. Un hecho que consternó al mundo del fútbol, pero ha caído en el olvido dado que estos grupos siguen campando a sus anchas por la gran mayoría de los campos de España.

Libre de ultras
Un estadio en el que ya no hay cabida para los ultras es el Santiago Bernabéu. Florentino Pérez expulsó a finales de 2013 al grupo radical conocido como Ultras Sur. La directiva del Real Madrid dio un paso al frente y emuló a Laporta, quien también acabó con los violentos del Camp Nou conocidos como ‘Boixos Nois’ en el año 2005.

Esto provocó una guerra abierta que aún sigue latente entre el club y la ‘peña’ radical, que mantiene estrechos lazos con el colectivo neonazi Hogar Social Madrid. De hecho, el pasado 10 de diciembre y con motivo del partido que enfrentaba al Real Madrid con el Deportivo de la Coruña, organizaron una recogida de alimentos en favor de las “familias españolas con dificultades económicas”.

Los Ultras no se rinden
Como reza el lema de este grupo ‘No surrender’ -no a la rendición, en castellano -, se resignan a abandonar el mundo del fútbol. Ultras Sur sigue viajando a los partidos de su equipo lejos del Bernabéu. Aunque también han conseguido ‘colarse’ en el estadio del Real Madrid en más de una ocasión, a pesar de las estrictas medidas de seguridad que impuso Florentino Pérez cuando les expulsó.

Desde que Florentino Pérez les prohibiera la entrada, el colectivo radical ha perpetrado actos como protesta por su ‘ilegítima expulsión’. El más conocido fue, según informó Paco González en el programa ‘Tiempo de juego’ (COPE), la profanación de la tumba de la difunta esposa del máximo mandatario madridista. Además han colocado innumerables pancartas contra la directiva del club y contra el propio presidente, pidiéndole su dimisión y asegurando que el club no es suyo ni de sus negocios. 

A través de las redes sociales los ultras también han dejado también su impronta. A principios de temporada, se rumoreaba que la directiva del club bajaría a la Grada joven al lugar que ocupaban los ultras antes de su ‘destierro’. Este hecho, como no podía ser de otra manera, enfadó aún más a los miembros del grupo radical. De momento, Ultras Sur sigue buscando ‘justicia’, aunque con menos voz que en épocas pretéritas.