El semanario británico The Economist cree que la "fatiga reformista" del Gobierno de Mariano Rajoy puede pulverizar los signos de mejoría en el camino de España hacia la recuperación.

España puede poner en peligro el euro
Según The Economist, con cifras económicas "lúgubres" y una economía "en profunda recesión", España podría representar "el mayor test para el euro" al ser el único miembro importante de la Unión Europea (UE) que ha estado "cerca de un rescate". Mientras Grecia, Irlanda, Portugal y Chipre ya fueron rescatados y están inmersos en programas acordados con la troika (Fondo Monetario Internacional, Comisión Europea y Banco Central Europeo), España adoptó en 2012 una "oferta a medio camino".

Un Gobierno "impopular"
Esta publicación da su visión en dos artículos sobre el panorama económico que vive España, donde dos años después de las protestas surgidas en Madrid de los llamados "indignados", según afirma, el Gobierno de Mariano Rajoy es "impopular" y la oposición también, informa EFE.

Bajar más lo salarios e introducir los minijobjs
La publicación advierte de que aún es necesario que el salario se rebaje en algunas comunidades autónomas e incluso recomienda que se faciliten los conocidos como 'minijobs' y se reduzca la "carga" de las pensiones. "No está claro que Rajoy tenga el instinto para empujar hacia estas reformas", afirma The Economist.

La elevada tasa de paro
El semanario británico también alerta  de que una tasa de paro elevada y sostenida a largo plazo reducirá la calidad de la fuerza de trabajo en España y señala que la financiación a las pymes españolas sigue siendo "escasa y más cara" que la de sus competidoras del Norte de Europa.

La baja demanda interna
Como tercer problema que podría derribar los avances en la salida de la crisis en España, la revista británica apunta a la debilidad de la demanda interna. A pesar del crecimiento de las exportaciones y su peso en la evolución del PIB, adbierte de que si el consumo interno en España no repunta, y con ello la actividad económica, se podría propiciar un "rápido regreso" a la contracción del crédito y a los problemas sobre los balances de las entidades financieras.