La crisis migratoria que se está viviendo en la frontera de Ceuta desde el pasado lunes, 17 de mayo, ha generado un gran revuelo en la política española. A pesar de que el trato de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado ha sido muy diferente al de ocasiones anteriores.

La mayor tragedia de los últimos años se produjo el 6 de febrero de 2014, en la denominada como tragedia del Tarajal. En la misma playa fronteriza, 15 personas perdieron la vida intentando entrar en suelo europeo.

El Gobierno de España que estaba presidido por Mariano Rajoy y, bajo la orden del ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, respaldó la actuación de los cuerpos de seguridad que cargaron contra las casi 300 personas procedentes del África subsahariana que querían cruzar la frontera.

56 agentes de la Guardia Civil utilizaron 145 balas de goma y lanzaron cinco botes de humo con el fin de dispersar los intentos de entrada en Europa. Pero 16 de esos agentes fueron juzgados e imputados por delitos de homicidio imprudente y lesiones tras la muerte de 15 personas migrantes.

Una situación mucho más grave que la que se ha vivido esta semana en Ceuta, a pesar de que han entrado 6.000 personas, y en la que el Gobierno de Pedro Sánchez ha optado por actuar de una forma muy diferente a la del Ejecutivo de Rajoy.

Sin recurrir a la violencia para reprimir los intentos de entrada a Europa, la Policía Nacional, la Guardia Civil y el Ejército han mostrado un ejemplo humanitario con las personas que intentaban entrar en Europa.

Aunque su entrada era ilegal y se han hecho devoluciones en calienteha habido muchas imágenes en las que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado han salvado la vida de los miles de ciudadanos que trataban de evitar la frontera por el mar.