Enrique José Portas es el sargento primero del puesto de la Guardia Civil en un municipio de Las Palmas de Gran Canaria y, en sus redes sociales, no oculta su pertenencia a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
Sin embargo, la mayoría de las publicaciones de Portas bordean el incumplimiento del Código de Conducta del personal de la Benemérita y comprometen la salvaguarda del honor.
El Código de Conducta del personal de la Guardia Civil constituye la guía que define los valores, principios y normas de comportamiento que han de regir en todo momento la actuación de los miembros del Cuerpo. Este Código de Conducta persigue recoger los valores, principios y normas de comportamiento del personal de la Guardia Civil.
En una sociedad global, diversa y cambiante como la actual, este Código aspira a convertirse en una guía para los hombres y mujeres del Cuerpo, en una reflexión sobre los retos a los que se enfrentan y en un instrumento que promueva la participación y el diálogo colectivo. Se trata de fortalecer la confianza de la ciudadanía en la Guardia Civil, donde el nivel ético y moral de sus profesionales es un pilar fundamental sobre el que erigir una institución solvente dedicada, por mandato constitucional, a garantizar la seguridad ciudadana y proteger el ejercicio de los derechos y libertades.
De hecho, en su artículo primero se establece que “el honor ha de ser mi principal divisa; debo, por consiguiente, conservarlo sin mancha. Una vez perdido, no se recobra jamás”.
No obstante, Portas acostumbra a publicar insultos, vejaciones y comentarios machistas e hipersexualizados sobre mujeres relacionadas con la esfera pública, política y mediática, especialmente periodistas de perfil aparentemente progresista.
La presentadora y directora del magazine La hora de la 1 de Televisión Española, Silvia Intxaurrondo, la comentarista y analista política, Sarah Santaolalla, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, la portavoz del Congreso y líder de Podemos, Ione Belarra, y la eurodiputada por Podemos, Irene Montero, han sido algunas de las numerosas víctimas (mujeres) de los descalificativos machistas de este miembro de la Guardia Civil.
“Puta, lameculos, embustera, vete a chupársela a Sánchez, puta sectaria, suelta violadores, gilipollas, etc.” son solo algunos de los comentarios que Portas ha dedicado a las mujeres mencionadas, según ha informado Diario Red. Además, no son hechos aislados. Esta difamación es una constante sistemática y premeditada en sus foros y publicaciones, así como añoranzas de regímenes preconstitucionales y discursos racistas y xenófobos: “Putos okupas ilegales”, compartió en sus redes, . También homófobos: “Habrá que hacer algo con la mierda de LGTBIQ+ no se qué, algo como HDLGPCDMCAEHPCT”, publicó en su perfil público de X.
El artículo 12 del capítulo II del Real Decreto 176/2022 de 4 de marzo, por el que se aprobaba el Código de Conducta del personal de la Guardia Civil, recoge cómo debe ser la actitud del agente para con los principios institucionales de igualdad y no discriminación: “Actuarán siempre guiados por el principio de igualdad y no discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, orientación sexual, religión o creencia, convicción política, discapacidad física o psíquica, edad, lengua o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.
Por el contrario, la incontinencia verbal del sargento primero de la Guardia Civil también obedece a una táctica para escalar la violencia y el miedo. La mayoría de sus respuestas incluyen insultos para provocar al interpelado y, ante la ausencia de argumentario, incluye imágenes ofensivas entre sus publicaciones. El objetivo es escalar la tensión y generar un ambiente polarizado que propicie el caos que, en última instancia, les permitirá meter a Sánchez en la cárcel. Intención que Portas manifiesta de forma insistente.