Han sido cuatro días de vértigo y desazón. El espectáculo deleznable de la derecha insultando; Ciudadanos llamando al transfuguismo; las amenazas al diputado de Teruel Existe; la valentía de la diputada de Unidas Podemos, Aina Vidal, gravemente enferma, que acudió a votar. Los desplantes de Abascal; la falta de educación parlamentaria de Adolfo Suárez Yllana dando la espalda a la portavoz de Bildu, con lo que hizo un flaco favor a la memoria de su padre, Adolfo Suárez. Y el abrazo sentido del presidente Sánchez con toda la bancada del PSOE, con sus ministros y compañeros de fatigas en una legislatura muy difícil, y el broche de las lágrimas de Pablo Iglesias, vicepresidente in péctore, abrazado a Pablo Echenique con los gritos de fond, “Sí se puede”.

Sánchez es presidente mal que le pese a la derecha y a la ultraderecha que no han cejado de soltar veneno durante estos cuatro días. El final de una Navidad que muchos no olvidaremos. En la que se han escuchado demasiadas descalificaciones y se ha encontrado a faltar cordura política y sentido de Estado por parte de los conservadores y de sus socios ultras.

Lo hacían porque era su última oportunidad. Una vez que el rival llega al Gobierno y empieza a actuar, las críticas impacientan pero se diluyen. De candidatos al poder, la oposición se queda en eso, en oposición. La única baza de Casado, Abascal y  Arrimadas era evitar la investidura. Lo han intentado por todos los medios sin éxito. Incluso utilizando la figura de la Monarquía, utilizando al Rey como bandera, reivindicando con gritos de ¡Viva el Rey!, cada vez que lo veían conveniente. Pablo Iglesias les avisó: “Si quieren defender la Monarquía eviten que se identifique con ustedes. Si algo sabía Juan Carlos I era que, alejándose de la derecha, la institución podría pervivir. Quizás ustedes se hayan convertido en la mayor amenaza de la Monarquía”. 

Palabras que el representante del PNV, Aitor Esteban, remachó con su habitual lucidez: “Votamos la investidura de Sánchez porque el Rey lo ha querido así, porque en la ronda de consultas con las fuerzas parlamentarias en Zarzuela ya era conocido el acuerdo de Unidas Podemos y el PSOE, y aunque el Rey podría haber propuesto a Casado o a Arrimadas, resulta que ha propuso al “presunto felón”, Pedro Sánchez, ¡menuda irresponsabilidad la del Monarca!

Cuando en este país ha habido que dar un paso adelante, siempre lo han hecho los socialistas, cerraba el debate la portavoz del PSOE Adriana Lastra, enumerando una larga lista de logros sociales, para concluir, “también lo hicimos para derrotar a ETA”. 

Pero fue Pedro Sánchez quien desde el principio centró el mensaje a la derecha de manera sosegada y contundente: “No se puede construir nada positivo desde la frustración y la amargura. (…)  Defiendan un programa alternativo, pero no contribuyamos con nuestras palabras a que la convivencia se resienta. Eso, también es patriotismo”.  Muy bien, presidente.

Enric Sopena es Presidente Ad Meritum y fundador de ElPlural.com.